La agricultura, considera el Gobierno de España, debe cambiar para adaptarse a la revolución verde en curso y, por eso, propone que en 2030 se dedique a cultivos ecológicos al menos el 20% de la tierra que actualmente se trabaja en España para fines agrícolas. Como cultivo ecológico, se entiende aquel que prescinde de sustancias químicas como pesticidas y fertilizantes sintéticos, que se sustituyen por compost o fertilizantes elaborados a partir de materia orgánica. Abono tradicional, vaya.

Cultivo
 

Agenda 2030

Con lo que se plantea, se quiere adaptar el campo nacional a los requisitos de la Agenda 2030 y ponerlo, explican, “en línea con los objetivos que marcan los Planes Estratégicos de la PAC (Política Agraria Común). En ellos, se indica que el sector agrícola deber ser “inteligente, sostenible, competitivo, resiliente y diversificado” y que, además, debe “garantizar la seguridad alimentaria a largo plazo”. Todo ello, asegura el Gobierno, contribuirá “a la protección de los recursos naturales, la conservación de la biodiversidad” y la mejora “del tejido socioeconómico de las zonas rurales”.

Producción de energía

Las zonas rurales tendrán que convertirse además en territorios capaces de producir  energía de manera autónoma ya que, de no hacerlo, “difícilmente podrán ser competitivas”. ¿Cómo van a conseguir que los productores acaten estos planteamientos? Muy simple: los pagos de la PAC, de los que dependen buena parte de nuestras explotaciones agrarias, se condicionarán al cumplimiento de estos objetivos. Crecerán las exigencias y los costes en un momento muy complejo para el campo español que, ahora sí que de verdad, será verde o no será si los agricultores lo consienten.