En Catalunya el 22% de la población sufre obesidad, una enfermedad que cada vez afecta a más personas y que muchos consideran la auténtica epidemia de nuestro siglo. Es por eso que la investigación científica ha volcado muchos esfuerzos al mirar de encontrar un tratamiento eficaz contra el sobrepeso. Uno de los estudios actuales que más promete es lo que ha realizado el equipo NeurObesity del Centro Singular de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas, en las que participan profesionales de la Universidad de Santiago de Compostela, que tiene entre manos el desarrollo de una vacuna contra la obesidad.

El principal reto es que el nuevo fármaco tiene que entrar literalmente a la mente de los pacientes. La clave de esta enfermedad está en nuestro cerebro y más concretamente en el hipotálamo, el encargado de controlar el deseo de hambre y el metabolismo. El problema es que se difícil acceder y hasta el momento no se había encontrado un mecanismo para hacerlo. Ahora, los investigadores gallegos han desarrollado un medicamento que puede entrar utilizando como vehículo unas nanopartículas naturales.

En concreto, llegan a través de vesículas extracelulares, unas nanopartículas naturales lo bastante pequeñas para llegar al cerebro, pero lo bastante grandes para que puedan utilizar para transportar moléculas que actúen como fármaco. Estas nanomoléculas llevan un gen modificado que es el que llega al cerebro e inhibe la acción de la proteína AMPK, vinculada a la obesidad. "Cuando se inhibe hace que gastes más energía y se queme más grasa", apuntan a los investigadores en el estudio publicado en la revista Nature Metabolism.

Los ensayos hasta ahora

De momento, este medicamento ya ha conseguido revertir el sobrepeso en ratones muy obesos y hacer que, aunque sigan ingiriendo grasas, pierdan peso. Además, el fármaco no causa efectos secundarios, como sí lo hacen los tratamientos actuales. Por todo eso, según explican los expertos, esta vacuna ofrece un horizonte prometedor para un posible uso clínico en humanos. En estos momentos, todavía tiene que pasar por varias fases para que se apruebe su uso, como un ensayo clínico, antes no llegue a nuestras vidas. Pero sin embargo, los investigadores apuntan que podría no tardar al llegar.