Tres pozos de Castelló d'Empúries (Alt Empordà) que se habían habilitado como a refuerzo para este verano en el contexto de la situación de sequía han sido vandalizados y han quedado completamente inservibles. El Consorci d'Aigües de la Costa Brava había recuperado estos pozos para garantizar el agua de boca a varios municipios de la zona norte este verano si no llueve, pero a raíz del sabotaje que han sufrido ahora no se podrán utilizar, ya que no se prevé que se puedan reparar a tiempo para el inicio de la temporada turística. En uno de los pozos se han vertido hierros, hecho que lo ha dejado totalmente inservible y sin ninguna perspectiva de poder recuperarlo, y en los otros dos se han roto las estructuras o se han quemado parte de las instalaciones. El Consorci d'Aigües de la Costa Brava, que gestiona los tres pozos, ya ha empezado a evaluar los daños y ha denunciado los hechos ante los Mossos d'Esquadra, que lo están investigando.

"La situación es trágica"

Los hechos han coincidido con la protesta que los campesinos hicieron este martes a pocos metros de este punto para, precisamente, denunciar la "gestión negligente" del ACA y alertar de la salinización del acuífero Fluvià-Muga con el bombeo de estos tres pozos. El presidente de la Diputación de Girona y del ente, Miquel Noguer, ha dicho que son los Mossos los que tendrán que dirimir quien ha provocado los desperfectos, pero ha precisado que, aunque entiende el malestar de los campesinos, "no podemos estar nada de acuerdo con la acción que se ha hecho aquí, lo haya hecho quien lo haya hecho." En este sentido, ha recordado que los pozos no solo tenían que garantizar el agua para el turismo sino "para todos los habitantes" de la decena de municipios afectados, entre ellos Cadaqués, Llançà, Roses, Castelló, Selva de Mar, el Port de la Selva o Colera. Algunos de ellos se encuentran actualmente al nivel 2 de emergencia por sequía. Además, Noguer ha dicho que dos de los pozos se reactivaron hace dos o tres años —un tercero se ha puesto en marcha recientemente— y que el agua que se extraía no suponía ni un 7% del consumo de estas poblaciones.

Tanto Noguer como el gerente del Consorci, Jordi Agustí, han asegurado que ahora se tendrán que buscar alternativas y han admitido que la situación se complica de cara a los próximos meses. En este sentido, Agustí se ha mostrado muy crítico y ha dicho que no podrán hacer lo que estaba previsto en una situación de emergencia como la actual y que los autores del sabotaje han actuado "en contra del interés público". "Si hasta ahora la situación era alarmante, ahora es trágica", ha sentenciado.