El trabajo de curas no remunerado es el "motor oculto" que mantiene en funcionamiento economías, empresas y sociedades, según denuncia Oxfam Intermón en su informe Tiempo para la cura, publicado este lunes con motivo del Foro de Davos.

Las mujeres y chicas dedican 12.500 millones de horas diarias a este tipo de trabajo, que engloba actividades como el cuidado de niños y niñas, personas mayores, enfermos o discapacitados, además de tareas domésticas como cocinar, lavar o ir a buscar agua o leña. Este tiempo supone una contribución a la economía mundial de al menos 10,8 billones de dólares anuales, una cifra que triplica el tamaño de la industria mundial de la tecnología, es decir, del gasto total en tecnología que realizan en todo el mundo personas, empresas y gobiernos.

En su informe, Oxfam Intermón muestra cómo el modelo económico sexista está alimentando la crisis de desigualdad, permitiendo a una élite millonaria acumular vastas fortunas a costa del resto de la ciudadanía, especialmente de las mujeres y niñas en mayor situación de pobreza. Como muestra, un dato demoledor: los 22 hombres más ricos del mundo poseen más riqueza que todas las mujeres de África.

42% de las mujeres no puede acceder a un trabajo remunerado

"El trabajo de curas recae principalmente sobre las mujeres que, a menudo, a duras penas tienen tiempo para recibir una educación, conseguir un trabajo con un salario digno o participar en la toma de decisiones dentro de la sociedad. Eso las atrapa en la parte más baja de la pirámide económica", según explica Lara Contreras, responsable de incidencia política e investigaciones de Oxfam Intermón.

Las mujeres y chicas se ocupan de más de las tres cuartas partes del trabajo de curas no remunerado. A menudo se ven forzadas a reducir la jornada laboral o renunciar a su empleo remunerado para poder hacerse cargo de las curas. En todo el mundo, el 42% de las mujeres no puede acceder a un trabajo remunerado porque son las responsables del trabajo de curas, en comparación con tan sólo el 6% de los hombres.

Las mujeres también constituyen dos terceras partes de la mano de obra que se ocupa del trabajo de curas remunerado. Puestos de trabajo como el de enfermera, trabajadora del hogar o cuidadora a a menudo están mal remunerados, no tienen derechos laborales, comportan un horario irregular y pueden suponer un importante desgaste físico y emocional. Sólo el 10% de las trabajadoras del hogar están protegidas por la legislación laboral igual que el resto de trabajadoras.

En España, según recuerda Oxfam Intermón, el trabajo de curas no remunerado equivale al 14,9% del PIB, según datos del OIT de 2018. Las mujeres son el 74,8% de la población trabajadora que recibe los salarios más bajos, mientras que sólo representan al 35,6% de las personas trabajadoras que reciben los salarios más altos.

Desigualdad escandalosa

La desigualdad en el mundo está profundamente arraigada y ha alcanzado un nivel escandaloso. El número de mil millonarios en el mundo se ha duplicado en la última década. "La brecha entre ricos y pobres no puede eliminarse sin la adopción de políticas contra la desigualdad. Pero mucho pocos gobiernos se han comprometido a adoptar-las ", dice Lara Contreras. "El modelo económico actual está llenando los bolsillos de los mil millonarios y las grandes empresas a costa del resto de la población", afirma Contreras. "La buena noticia es que eso es evitable con medidas valientes y decididas que construyan una economía humana al servicio de todas las personas y no sólo de una pequeña élite".

Soluciones para cambiar un futuro poco esperanzador

Se prevé que, durante la próxima década, aumente la presión sobre las personas que se dedican al trabajo de curas, tan remunerado como no, a causa del crecimiento y envejecimiento de la población mundial. Se estima que cuando llegue el año 2030, 2.300 millones de personas necesitarán cuidados; 200 millones más que el 2015.

El cambio climático podría empeorar la inminente crisis de los cuidados. Se calcula que, en el 2025, hasta 2.400 millones de personas vivirán en zonas donde no habrá agua suficiente, de manera que principalmente serán las mujeres y chicas las que se verán obligadas a recorrer distancias mayores para conseguirla.

El informe de Oxfam Intermón pone de manifiesto que los gobiernos aplican unos impuestos extremadamente bajos a las personas y empresas más ricas y, por lo tanto, no obtienen ingresos suficientes para ayudar a aliviar la responsabilidad del trabajo de curas que recae sobre las mujeres y a combatir la pobreza y la desigualdad.

Un incremento de tan sólo el 0,5% adicional en el tipo del impuesto que grava la riqueza del 1% más rico de la población mundial durante los próximos 10 años permitiría recaudar los fondos suficientes para crear 117 millones de puestos de trabajo de curas en sectores como la educación, la salud, el cuidado infantil y la asistencia a las personas mayores. Al mismo tiempo, los gobiernos a duras penas invierten en infraestructuras y servicios públicos vitales que también podrían contribuir en reducir el trabajo de curas que recae sobre las mujeres y las chicas. Las inversiones en sistemas de suministro de agua y saneamiento, electricidad, cuidado de menores y asistencia médica podrían liberar parte del tiempo que las mujeres y chicas dedican a estas tareas y mejorar su calidad de vida. En algunas partes de Zimbabue, por ejemplo, mejorar el acceso a fuentes de agua podría ahorrar a las mujeres hasta cuatro horas de trabajo diario o, lo que es lo mismo, dos meses al año.