Dos de los terroristas de los atentados de Barcelona y Cambrils dejaron notas de despedida para sus familias. Sabían que harían los ataques y que muy probablemente perderían la vida. De hecho, se habían preparado para morir.

En el sumario del caso, al cual ha tenido acceso El Nacional, consta que en el registro que se hace en la habitación de Said Aalla, en la casa de Ripoll donde vivía con sus padres, la policía encontró una carta de despido dirigida a su familia, que "pone de manifiesto la certeza absoluta que iba a morir de manera inminente", dice el informe policial.

Aalla hizo una especie de testamento vital: "Si me sobreviene la muerte, os dejo una nota para la familia, os pido perdón a todos por las molestias que os he causado, sobre todo a mis padres y en especial a mi madre. Os dejo encargados de vender todas mis cosas (...) ... para cubrir las deudas -1000 € (mi madre) -1000 (a Mohamed) y lo que sobre lo dais a los pobres".

También se despide Moussa Oukabir. Su hermano Driss, detenido por los Mossos sólo dos horas después del atropello en la Rambla, explica a la policía que recibió un mensaje de su hermano para quedar sobre las 01.30 horas y que cuando este se marchó se despidió de él abrazándolo tres veces diciéndole: "Cuídate mucho, te quiero mucho y cuida de tu madre".

Driss Oukabir subrayó que normalmente su hermano no lo abrazaba.

Para la policía, este hecho "implica claramente las intenciones homicidas de Moussa Oukabir, despedirse de su hermano, ya que no tenía intención de volver a verlo. Explican los Mossos en el sumario que "esta despedida la suelen hacer los terroristas yihadistas cuando les es posible, ya que saben que van a ir a una acción de martirio y no volverán con vida".