Las consecuencias de la pandemia del coronavirus se focalizan en la economía, y eso quiere decir en el mercado laboral. Se empeoran así las condiciones vitales para muchas personas que ya se encontraban en situación de vulnerabilidad, según el informe publicado este martes Primer impacto de la crisis de la Covid-19 en las familias atendidas por Cáritas Diocesana de Barcelona.

Del estudio, se desprende que siete de cada diez familias catalanas atendidas por Cáritas no tiene trabajo. Concretamente, en Barcelona ciudad hay un total de 92.735 parados, y lejos de volver a cifras anteriores a la Covid, no se prevé una mejora de estas cifras a corto plazo. El frenazo de la actividad económica ha provocado un aumento de la tasa de paro de 26,4 puntos porcentuales entre los miembros de los hogares atendidos por Cáritas. Al principio de marzo, el 40,6% de estas familias estaban inscritas en el paro, y ahora son un 67%.

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Fuente: Cáritas

Los ingresos han caído un 36% desde el inicio de la crisis sanitaria, pero la reducción más importante ha sido en las familias que trabajaban sin contrato oficial -la caída es del 73%- mientras que los ingresos de los empleos regularizados se han reducido a casi la mitad. En este contexto, los desocupados han optado, según la organización, por buscar trabajo en el mercado informal. Son personas que trabajan en trabajos de servicio doméstico, cuidado y acompañamiento a menores, mayores, y dependientes, venta ambulante o recogida de residuos, entre otros, y que además no pueden acceder a prestaciones como la Renta Garantizada de Ciudadanía o el Ingreso Mínimo Vital por su situación administrativa.

Más recursos laborales

En este contexto, Cáritas pide establecer programas de trabajo decente, garantizados por la Generalitat de Catalunya y los entes locales. "Las necesidades sociales se han multiplicado, así como las necesidades de empleo por parte de las personas en situación de exclusión social. Hay que establecer programas, junto con el Tercer Sector social, que garanticen un trabajo digno," reclaman en un comunicado.

De la misma manera, Cáritas pide focalizar las políticas de empleo en los colectivos más vulnerables, facilitando el tráfico de las personas en situación de exclusión social dentro del mercado laboral y acompañando a trabajadores y empresas para garantizar una relación laboral duradera.

"También hace falta que estas políticas laborales ayuden a las personas en situación administrativa irregular a realizar procesos de regularización que, de otra manera, tienen muy difícil realizar en el mercado privado", apuntan. Proyectos que, como los programas de trabajo garantizado, habrá que realizar conjuntamente entre las administraciones y las entidades sociales. "Tenemos que aprender de los errores de la anterior crisis y afrontar esta garantizando derechos, facilitando la salida de situaciones de exclusión social y elaborando proyectos inclusivos que permitan volver a mirar el futuro con esperanza", han indicado desde Cáritas.