Unas obras de remodelación de la red vial del pueblo de Miravet implicarán cambios a la hora de visitar el castillo de la localidad, una de las joyas del patrimonio cultural catalán en las comarcas tarraconenses. Este verano se inician las obras, que ejecutan de forma conjunta el Ayuntamiento de Miravet y la Diputación de Tarragona. Los trabajos obligan a restringir el acceso en coche al castillo, de manera que los visitantes que quieran visitarlo tendrán que aparcar en el núcleo urbano y subir hasta el monumento a pie.

Las restricciones en los vehículos particulares arrancan este mes de junio y se mantendrán a lo largo de las semanas de julio y agosto. Las restricciones serán vigentes el día 3 de junio y entre los periodos del 9 al 27 de junio, y del 14 de julio al 8 de agosto, según informa este lunes a la agencia ACN. De forma temporal, el acceso se reabrirá para que puedan acceder los coches del 28 de junio al 13 de julio. A partir del 9 de agosto se podrá volver a circular con normalidad.

Las obras de la red vial afectan a la calle Barranc d'En Pol y los visitantes que quieran subir al monumento durante estas fechas hará falta que dejen los vehículos en el núcleo urbano de Miravet e iniciar el recorrido a pie hasta el castillo, uno de los monumentos más emblemáticos del sur de Catalunya.

La historia del castillo

Alzado sobre una atalaya privilegiada, el castillo medieval de Miravet es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura de la Orden de los Templarios en Europa. Construcción religiosa y militar de origen árabe, continúa el estilo defensivo de los castillos de Tierra Santa, con unas majestuosas murallas que se levantan sobre el río Ebro.

El año 1153 los cristianos se lo hacen suyo y Ramon Berenguer IV lo da a Pere de Rovira, maestro de los templarios en Hispania y Provenza, que lo reconstruye y lo convierte, en uno de los principales centros de poder cristiano en la península Ibérica. La uniformidad de la construcción muestra que los templarios levantaron el edificio en relativamente poco tiempo. Así y todo, los vestigios de la antigua fortaleza andalusí están presentes sobre todo en los tramos bajos de la muralla y en parte de las construcciones del recinto soberano.

Más allá del castillo, Miravet es una ciudadela amurallada con construcciones a diferentes niveles. Sus formas son contundentes y austeras y, a modo de colmena medieval, dentro de las murallas la comunidad disponía de todo el necesario para vivir. Miravet fue uno de los puntos donde se produjo la batalla del Ebro, que se inició la noche del 24 al 25 de julio de 1938, cuando el ejército republicano atravesó el río Ebro y penetró, en pocas horas, en el territorio controlado por las fuerzas nacionales, iniciando así lo que ocurrió la batalla más larga y sangrando de toda la Guerra Civil.