Es muy común, y sobre todo ahora a las puertas de invierno. Cuando menos te lo esperas, tocas alguna cosa o saludas a alguien y te das un calambre, sin embargo, ¿a qué es debido? ¿Por qué se produce este calambre? ¿Qué lugares propician este hecho? ¿Se puede evitar de alguna forma? Cristina Periago, profesora del Departamento de Física de la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC) nos ayuda a encontrar las respuestas.

"La materia es neutra, contiene el mismo número de carga positiva que de negativa, por lo tanto, cuando se produce un frotamiento entre cuerpos, muy común sobre todo ahora en invierno, cuando nos vestimos con chaquetas, abrigos, caminamos por encima de alfombras, etc. Eso hace que vayamos obteniendo esta carga y, en el momento en que descargamos, es cuando se produce el calambre que todos hemos vivido alguna vez", según apunta la profesora.

Cristina Periago

Cristina Periago trabajando en el laboratorio donde imparte clases de la UPC

¿Cómo lo podemos evitar?

Una vez cargados por los diferentes frotamientos que vamos acumulando a lo largo del día, la profesora de física de la UPC explica que en una situación natural, nos iríamos descargando poco a poco, pero a veces eso no sucede, y es cuando se produce este calambre, que en realidad es una descarga de todo lo que habíamos acumulado.

En ambientes secos la probabilidad de darnos un calambre es superior a los días de lluvia o mucha humedad

Periago relata cómo la temperatura y la meteorología influyen al darnos un calambre, en mayor o menor medida. ¿Por qué? "El aire no es conductor, pero el aire húmedo contiene vapor de agua, y el agua es conductora", un hecho que significa que en situaciones de mucha humedad, las cargas que tenemos acumuladas pueden liberarse poco a poco. Un hecho que, del contrario, en ambientes secos, eso no sucede, y es cuando acostumbramos a descargarnos con los otros o con objetos conductores que podemos tocar.

La profesora prosigue y explica que "cuando el aire es frío, no puede almacenar tanto vapor de agua en comparación con el aire caliente, por lo tanto, en invierno cuando hace frío y el aire es seco es cuando se produce con más frecuencia este hecho". Por otra parte, también nos podemos dar un calambre en verano en zonas muy secas o desérticas, cuando el polvo que levanta el viento nos roza y nos carga por frotamiento. Dos situaciones diferentes que nos pueden producir estas descargas que nos sorprenden cuando se producen.

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En días de lluvia es menos probable que nos demos un calambre / Fuente: Unsplash

¡Pero atención! Porque según la experta en física de la UPC, hay más probabilidad de descargarnos y sufrir un calambre con alguien o con algún objeto conductor si este, tiene forma de pincho. ¿El motivo? "El efecto que se debe a que las cargas que nosotros hemos adquirido por frotamiento, se acumulan con más facilidad en zonas curvadas o en pinchos, como pueden ser los dedos o la nariz", por este motivo, cuando tocamos alguien con los dedos o se tocan dos puntas de nariz al dar un beso a alguien, se produce esta pequeña descarga. Una descarga que es del todo insignificante en cuando a términos de salud.

Comprueba la electrificación por frotamiento con este experimento casero!

Antes de finalizar la entrevista, Periago nos explica un experimento que podemos hacer todos desde casa para entender la teoría que nos ha explicado sobre este fenómeno que nos afecta a todos los conductores y que se produce por electrificación por frotamiento. "Coged un bolígrafo BiC mismo y fregadlo con un jersey de lana un rato, después, recorta y haz muy pequeños trocitos de papeles y pasas el bolígrafo por encima. Veréis cómo los papeles se enganchan y se ven atraídos por el bolígrafo". Una transferencia de carga donde el origen, se encuentra en la electrificación por frotamiento.