Que la verbena de San Juan se celebra la noche del 23 al 24 de junio ya se sabe. También que es la noche más corta del año. Mientras unos encendían las hogueras en honor al dios Sol, otros empezaron a hacerlo para celebrar el nacimiento de Juan Baptista, uno de los profetas más importantes de la religión cristiana. No es una casualidad. Muchas festividades cristianas aprovechan las tradiciones paganas que ya existían.

¿Por qué el fuego es tan importante?

El fuego está presente en muchas celebraciones. Los rituales con fuego vienen de lejos porque se concebía este elemento como regenerador. Según parece, muchos pueblos encendían una hoguera justo el día más largo del año para darle más fuerza al sol, que traía el buen tiempo y hacía que las diferentes plantaciones y cultivos siguieran su ritmo.

En países como Polonia, Rusia, Bielorrusia, Ucrania o Rumania también se celebra esta tradición del día 24 de junio; ahora bien, según el calendario ortodoxo, coincide con el día 7 de julio y bajo el nombre de la noche de Ivan Kupala.

¿Por qué comemos 'coca'?

La 'coca' de San Juan deriva del roscón redondo con huevos que se comía antiguamente. Y era redondo precisamente porque era un homenaje al sol. Por este motivo, en un inicio las cocas de Sant Joan eran también redondas porque simbolizaba que nos comíamos al sol.

La fruta se empezó a introducir con la aparición de las primeras pastelerías en el siglo XIX. Pero no fue hasta la época entre 1860 y 1900 que se convirtió en elemento indispensable de la verbena, según revela el portal de Cultura Popular del Ayuntamiento de Barcelona.