Una célula terrorista se puede financiar de varias maneras, incluso vendiendo pechugas de pollo, queso gouda y chocolate. El Confidencial asegura que una célula radicada en Melilla se podría haber financiado vendiendo estos productos durante meses.

El digital indica que la célula se aprovechaba del sistema fiscal europeo para defraudar a la Hacienda danesa varios millones de euros. De la misma manera, la célula también defraudaba a varios proveedores privados, según el sumario de la Guardia Civil e informes de la Hacienda danesa sobre empresas vinculadas a miembros del grupo.

Según una investigación, hay 42 empresas relacionadas con una célula islamista radical que surgió en Melilla en el 2010. De esta célula se detuvieron seis miembros, dos de los cuales habían sido directores de empresas en Dinamarca.

Esta célula acabó teniendo presencia en Dinamarca y se financiaba mediante los impuestos que no pagaba por vender productos como pollo, productos electrónicos, quesos o bebidas.