El Papa ha publicado tres documentos para prevenir, combatir y procesar judicialmente a aquellos que cometan abusos sexuales a menores en el territorio del Vaticano y en otras dependencias pontificias alrededor del mundo, como las nunciaturas, en los cuales establece la obligación de denuncia inmediata cuando se tenga noticia del abuso bajo pena de multa o prisión y la ampliación de la prescripción de estos delitos hasta que la víctima cumpla los 38 años.

Además, añade la categoría de adultos vulnerables, los casos de los cuales tendrán que ser tratados como los de los menores, los cuales define como: "toda persona en estado de enfermedad, deficiencia física o mental o privación de la libertad personal que, de hecho, incluso ocasionalmente, limite la capacidad de comprender o de querer o de resistirse a quien lo ofende". También obliga a perseguir de oficio otros abusos contra menores, como el maltrato.

"Estos actos refuerzan la protección de menores a través de la potenciación del cuadro normativo. El Santo Padre desea que, también gracias a estas normas que conciernen el Estado de la Ciudad del Vaticano y la Curia Romana, madure en todos la conciencia que la Iglesia tiene que convertirse en una casa cada vez más segura para los niños y las personas vulnerables", ha informado el director de la oficina de prensa del Vaticano, Alessandro Gisotti.

Una nueva legislación a partir del 1 de junio

De esta manera, con esta nueva legislación, que entrará en vigor el 1 de junio, y con la cual se reforma el Código Penal conocido como Zanardelli de 1889, el Papa impone una sanción para los que omitan o retrasen la denuncia de casos de abusos a menores o personas vulnerables, excepto en casos de secreto de confesión.

Asimismo, cualquiera que sea declarado culpable de abuso "será destituido de su cargo" en el Vaticano. En todo caso, si es un sacerdote, todas las normas canónicas ya en vigor toman el relevo.

Servicio de acompañamiento de las víctimas

Otra novedad importante es la creación por el Governatorato, dentro de la Dirección de Salud e Higiene del Vaticano, de un servicio de acompañamiento para las víctimas de abusos, que será coordinado por un experto cualificado. De esta manera, las víctimas tendrán a alguien a quién recurrir para buscar ayuda, para recibir asistencia médica y psicológica, para que conozcan sus derechos y sepan como hacerlos respetar.