Las mujeres que asisten a misa o a servicios religiosos más de una vez por semana tienen un 33 por ciento menos de riesgo de morir tanto por enfermedades cardiovasculares como por cáncer en comparación con las mujeres menos devotas. Lo dice el estudio llevado a cabo entre 1992 y 2012 en la Escuela de Salud Pública T.H. Chan, de la Universidad de Harvard, publicado este lunes en el Journal of the American Medical Association, una revista médica de referencia.

El estudio trata de la salud de las enfermeras. En él han participado 74.534 profesionales.En comparación con las mujeres que nunca asisten a servicios religiosos, las que van más de una vez por semana han vivido una media de cinco meses más, según esa investigación, y tienen un menor riesgo de mortalidad cardiovascular (27% menos) y por cáncer (21% menos).

Las mujeres que asisten una vez por semana a la iglesia tienen un 26% menos de riesgo de mortalidad por las mencionadas enfermedades y las que asisten menos de una vez a la semana, un 13% menos.

Apoyo social

"Los resultados sugieren que asistir a misa [en comunidad] tiene algún efecto importante sobre la salud, más que la práctica de alguna espiritualidad solitaria" explica Tyler VanderWeele, profesor de epidemiología y autor principal del estudio. "Entre los beneficios de asistir a los servicios religiosos hay que señalar que aumenta la sensación de apoyo social, ayuda a dejar de fumar, disminuye la depresión y ayuda a las personas a desarrollar una perspectiva más optimista y esperanzada de la vida."

Eso tiene que ver también con el estilo de vida norteamericano, más religioso, y la relación de los feligreses con sus parroquias, habitualmente más intensa, variada y frecuente que en Europa, donde apenas si se asiste al oficio religioso. Casi el 40% de los norteamericanos van a la iglesia una vez por semana o más.

Estudios previos habían relacionado la práctica religiosa y la reducción del riesgo de mortalidad. Muchos de ellos han sido criticados por sus limitaciones, que incluyen la "causalidad inversa", es decir, como sólo quien está sano puede asistir a la iglesia, este hecho no necesariamente influye en su salud.

Libertad religiosa 

El estudio de Harvard, en cambio, emplea una metodología más rigurosa para controlar causas comunes de la asistencia y la mortalidad, utiliza una muestra mayor y ha repetido las mediciones en el tiempo tanto de la asistencia a la iglesias como de los controles de salud. En el trancurso de 16 años, las enfermeras respondieron cada dos años cuestionarios sobre su dieta, estilo de vida y estado de salud, y cada cuatro años sobre su asistencia a servicios religiosos.

De las 74.534 mujeres analizadas, 14.158 asistían a misa más de una vez a la semana, 30.401, una vez por semana y las 17.872 restantes no iban nunca. La mayoría de las participantes en el estudio eran blancas, católicas o protestantes y, por lo tanto, sus conlusiones pueden no ser generalizables a la población en general o a otros países o áreas con limitada libertad religiosa.

Además, la población del estudio incluye sólo a enfermeras de los Estados Unidos de un status socioeconómico similar, personas que tienden a ser bastante conscientes de su salud. Los investigadores ajustaron la muestra según varios factores, incluyendo la dieta, la actividad física, el consumo de alcohol, el tabaquismo, el índice de masa corporal, la integración social, la depresión, la raza y el origen étnico.