El Ministerio de Transportes y el Servei Català de Trànsit están negociando qué tramos de la AP-7 pasarán de 120 a 100 kilómetros por hora, tal como avanzó a mediados del pasado mes de agosto la ministra Raquel Sánchez. La reclamación de esta reducción viene del Servei Català de Trànsit hace tiempo que apunta a una posible solución a las grandes retenciones en la AP-7: reducir el límite de velocidad hasta los 100 KM/hora. La propuesta la hizo el mismo director, Ramon Lamiel, y el Gobierno ha aceptado negociarla. Trànsit y el ministerio se reunieron la semana pasada, según ha adelantado RAC1, para analizar qué tramos pueden reducir la velocidad. La Generalitat puso encima de la mesa una petición de máximos, de diez tramos, pero el ministerio quiere que sean menos para no confundir a los conductores.

En declaraciones para RAC1, Lamiel indica que sólo hace falta concretar el número de tramos y encontrar un equilibrio, pero que la petición catalana no es exagerada ni confusa y es necesaria. "Creemos que se tiene que hacer", ha asegurado al mismo tiempo que ha admitido que tampoco pretenden "convertir la autopista en un rompecabezas". Por parte del Servei Català de Trànsit hay prisa para poner en marcha la reducción de velocidad, que afectaría diferentes tramos de la autopista de norte en sur. Según la emisora, también están trabajando en la concreción de una decena de enlaces nuevos en la AP-7 y en la mejora de conexiones críticas que propician las retenciones. Estas medidas llegan un año después de la liberación de los peajes.

La liberación de peajes

Hace un mes, la ministra de Transportes expuso que la situación de largas colas de la AP-7 era "esperable" después de la retirada de los peajes; no obstante, ha dejado claro que no considera que se tengan que reimplantar. Sánchez aprovechó para recordar el anuncio de inversiones por valor de más de 1.000 millones de euros para mejorar los accesos de las autopistas y ampliar sus carriles. Por su parte, el Servei Català de Trànsit estima que la liberación de los peajes ha permitido reducir un 17,3% la accidentalidad a Catalunya en un año. En el balance del primer año de la liberación de peajes a la mayoría de autopistas catalanas (AP-7, AP-2, C-33 y C-32 Norte) a través del análisis de los datos de siniestralidad, movilidad y retenciones, concluye que este nuevo escenario ha supuesto "una mejora general" de la seguridad vial al conjunto de la red vial. En este sentido, la supresión de pago ha evitado 2.240 víctimas, dado que desde el 1 de septiembre de 2021 ha habido 10.733 víctimas (muertos, heridos graves y heridos leves) y en el mismo periodo anterior analizado, entre 1 de septiembre de 2018 y el 30 de agosto de 2019, hubo 12.973.