Las grandes ciudades catalanas pierden población hacia municipios más pequeños. Concretamente, el año 2022 un total de 13.599 residentes se trasladaron a vivir en municipios no urbanos, principalmente del Vallès Oriental, el Baix Penedès, el Maresme y el Garraf. Según el Instituto de Estadística de Catalunya (Idescat), aquel año se registraron 272.971 cambios de residencia entre poblaciones de toda Catalunya, si bien el flujo neto en dirección a entornos no urbanos fue más intenso en los años de la pandemia de la covid. La capital catalana es la población con más salidas netas hacia el resto del territorio, con 10.079 personas menos, seguido de L'Hospitalet de Llobregat y Badalona, con saldos negativos de 1.518 y 1.224 habitantes, respectivamente. Los municipios de áreas semidensas —entre 5.000 y 50.000 habitantes— son los principales receptores de esta migración interna, con un saldo positivo de 9.531 personas.

La información del Idescat también muestra cómo la mayoría de los cambios de residencia en Catalunya también implican un cambio de comarca. Concretamente, el 57% de los 272.971 cambios de residencia dentro del país se encuentran en esta situación de cambiar también de comarca. 34 comarcas han sido las receptoras netas de población del resto de Catalunya y siete comarcas que han sido emisoras netas de población hacia el resto de Catalunya. Aran registra el mismo número de entradas que salidas procedentes de municipios del resto de Catalunya.

Movimientos hacia el resto del Estado español

En relación con los flujos migratorios con el resto del Estado, el saldo de 2022 ha sido negativo, con más emigraciones que inmigraciones. Así, los datos han mostrado que se marcharon unas 55.972 personas, mientras que llegaron 50.107, dando un saldo neto de -5.865 personas. La mitad de las personas que se han marchado a vivir fuera de Catalunya hacia algún otro territorio del Estado español han ido a Andalucía, el País Valencià y la Comunidad de Madrid.

Saldo migratorio con el extranjero

El balance de las migraciones al extranjero se ha cerrado con un saldo neto de 158.546 personas, que representa el valor más alto nunca registrado. Por nacionalidad, el saldo externo de población de nacionalidad extranjera ha sido de 165.069 habitantes, mientras que el de nacionalidad española ha sido negativo, de 6.523 menos. El saldo migratorio externo ha sido positivo en todas las comarcas y en el Arán. Las mayores tasas de migración neta se han concentrado en el Barcelonès (32,1‰), la Selva (27,9‰), la Garrotxa (25,3‰) y el Tarragonès (23,7‰). Las menores tasas se han apuntado a las Garrigues (4,5‰), el Solsonès (6,3‰), el Pallars Sobirà (6,8‰) y el Pla de l'Estany (9,3‰).