Unas 1.500 personas se han manifestado hoy en Barcelona bajo el lema "Con la Constitución, las Fuerzas Armadas y la Legión". Con esta manifestación, organizada por la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios de Barcelona, se quería protestar por los intentos de expulsar la Hermandad de su sede del barrio de Sant Andreu, por las críticas de la alcaldesa Ada Colau a la presencia de las Fuerzas Armadas en el Saló de l'Ensenyament y por el rechazo al himno español en la final de Copa.

A diferencia de la última manifestación legionaria de L'Hospitalet, por Semana Santa, en este caso no han desfilado de uniforme, aunque había numerosas gorras legionarias y de otros cuerpos del ejército. A pesar del lema y de que los esglógans clamados por megafonía tendían a una cierta moderación, se ha acabado con discursos de un claro tono involucionista y anticatalanista.

Un público variado

Entre los asistentes había algunos viejos legionarios, de la Legión franquista. A pesar de todo, no eran la mayoría. Entre los que se identificaban como legionarios predominaban los nacidos después de la muerte de Franco. Había de Barcelona, pero también algunos que habían llegado de otros puntos del Estado: León, Menorca, València, Castelló, Fuengirola, Málaga... Algunos de ellos, iban tatuados por todas partes y lucían el aspecto amenazador del que tan orgullosa se siente la Legión. Los acompañaban otros militares o exmilitares, de otros cuerpos. No faltaban algunos grupos de jóvenes con estética skin, que contrastaban con las familias vestidas impecablemente con aspecto de haber llegado de la zona alta de Barcelona. Algunos de los militares iban acompañados de sus familias: novias, mujeres, hijos, padres, abuelos...

Formalmente constitucionales

Las banderas españolas que se habían distribuido a los asistentes, de plástico, no tenían ningún escudo. La mayoría de las que llevaban los asistentes incorporaban el escudo constitucional. Algunos llevaban banderas catalanas y españolas, enganchadas, una por cada lado. Los gritos que se proferían eran básicamente moderados: incluso incluían algún "¡Viva el Rey"!. De vez en cuando se gritaba "¡Viva España y viva Cataluña"!. Al inicio del acto ha sonado, por megafonía, tocada por una banda militar, la Santa Espina, la sardana prohibida por Franco.

En la plaza Sant Jaume se ha leído una carta a Ada Colau en que se ponía énfasis en la "tarea social" de la Hermandad, se resaltaba que la organización es "apolítica" e incluso que se acababa por pedir una subvención al Ajuntament. Incluso se hacía una reivindicación del Estado de derecho. Pero algunos detalles desmentían el discurso: entre los asistentes no faltaban algunas banderas españolas con el águila franquista; había una pancarta, llevada por legionarios, que decía "Nuestra Raza no ha muerto aún"; y en algún momento los asistentes han proferido gritos de "¡Viva la División Azul"!, que combatió con los nazis en Rusia.

Momentos de tensión frente en el Ajuntament

Incidentes reveladores

Al llegar a la plaza Sant Jaume los manifestantes se han encontrado con un artista inglés que suele circular por el Casc Antic con poemas y lemas colgados en su ropa. En este caso iba con un sombrero con textos como "El pueblo español ha sido maltratado por sus propios líderes". Su presencia ha irritado a muchos de los presentes, que lo han increpado a los gritos de "¡Rojo"!, "¡Perroflauta"! y "¡Etarra"!. El artista ha sido defendido por los guardias urbanos situados en la puerta del Ajuntament y por miembros del servicio de orden de la manifestación. A pesar de las amenazas, se ha negado a retirarse. También en algunos momentos los manifestantes se han encarado a peatones que los cuestionaban o a gente que los increpaba desde los balcones, pero los incidentes han sido pocos. Un joven se ha plantado ante la manifestación, con una bandera catalana, y ha cantado Els Segadors. Ante las amenazas que ha recibido, ha sido apartado del lugar por la Guàrdia Urbana.

Anticatalanismo

Aunque en principio la convocatoria no iba dirigida contra el catalanismo, el tono dominante de la manifestación ha sido la oposición al nacionalismo catalán. Algunos asistentes llevaban camisetas con el lema "Esto es España". Y repetidamente se ha gritado el lema: "No nos engañan, esto se España". La canción más coreada ha sido, sin duda, "Que viva España" de Manolo Escobar. Al llegar a la plaza Sant Jaume no han faltado los gritos de "¡Puigdemont, dimisión!". Entre los asistentes no se escuchaba prácticamente el catalán, aunque algunos hacían profesión de catalanidad.

Nuestra presencia en esta plaza es una línea roja para el nacionalismo catalán

Legionarios y ultraderechistas

Al llegar a la plaza Sant Jaume ha habido varios parlamentos. Ha sido invitado a hablar Javier Barraycoa, líder del movimiento ultraderechista Somatemps. Rápidamente ha pasado a un discurso de tono ultra, elogiando a los "camaradas" que habían acudido a "esta plaza de Santiago de España": "aún quedan hombres y mujeres de honor en esta tierra". Ha vinculado la Legión con las viejas glorias de España: "Vosotros, venerables caballeros legionarios, sois los descendientes de los almogávares, de los somatenes del Bruc, de los españoles que lucharon en las Alpujarras contra los moriscos"... En los discursos posteriores ha habido críticas "a las banderas que desplazan a la bandera de España". Han enfatizado que "nuestra presencia en esta plaza es una línea roja para el nacionalismo catalán", y han concluído que "hoy empieza el declive del nacionalismo catalán".

Nacional-catolicismo

En la manifestación destacaba una bandera española con el Sagrado Corazón, en una zona donde había también varias banderas carlistas. No han faltado las alusiones a la supuesta unión inseparable entre España y el catolicismo, ni los gritos de "¡Viva Cristo Rey"!. Custodio Ballester, el sacerdote de l'Hospitalet que apadrina la Legión en l'Hospitalet se ha dirigido al público en términos que recordaban el nacional-catolicismo. Entre gritos de "¡Viva Cristo Rey"! ha criticado a "los nuevos fariseos que desde sus sanedrines siguen crucificando a los creyentes". Y ha llamado a la desobediencia a las autoridades: "Sólo nos debemos a Dios y a nuestra Patria". Jesús Cañadas ha criticado que "En España se toleran todas las religiones menos la nuestra" y ha hecho un llamamiento a "luchar por nuestra patria, por nuestra lengua, por nuestra cultura y por nuestra religión".

Involucionismo

En las intervenciones al final de la manifestación, el tono "constitucional" ha desaparecido para dar pie al discurso más radical. El presidente de la Hermandad de Antiguos Legionarios, Jesús Cañadas, ha glorificado la actuación de los legionarios en "nuestra guerra de liberación", para después amenazar directamente al procés: "Estamos dispuestos a defender España hasta sus últimas consecuencias". Cañadas ha añadido: "Seguimos siendo soldados de la patria. Moriremos sintiéndonos soldados españoles". Ha acabado por afirmar: "Estamos dispuestos a todo". Los organizadores han convocado mañana una conferencia del ultraderechista general Blas Piñar Gutiérrez, hijo del histórico dirigente de Fuerza Nueva Blas Piñar López.

Fin con himno franquista

La manifestación se ha cerrado con el himno español, cantado con la letra que elaboró José María Pemán y que era una de las letras usadas durante el franquismo. Los organizadores pasaban hojas con el texto a los asistentes para que lo pudieran cantar.

No me da la gana de aprender el idioma de mierda de esa gente

Catalanofobia

Los comentarios de los asistentes al acto también eran reveladores. En el Metro, uno de los asistentes, residente en Barcelona, comentaba a otro militar, procedente de otro punto de España, la "difícil" situación en su opinión de Catalunya. Afirmaba, a gritos, que a su hijo le ponían los deberes en catalán, y que él tenía problemas para ayudarlo, pero que "no me da la gana de aprender el idioma de mierda de esa gente. Porque esto es España".

Uniformes militares en la manifestación

Es absolutamente inusual la presencia de personas con uniformes militares en una manifestación. La Constitución establece que el ejército no tiene que intervenir en el debate político. Y la Ley 39/2007 de la carrera militar establece claramente que los ex militares sólo pueden llevar los uniformes "en actos militares y sociales solemnes". Pero en marzo los legionarios ya participaron en una manifestación, uniformados y con armas simuladas, y no fueron sancionados. En esta ocasión no han llevado el uniforme completo, pero muchos legionarios vestían sus gorras, y algunos sus tradicionales camisas verdes.

Franco, en sus tiempos de legionario, con Millán Astray

La Legión: la semilla del fascismo

Varios estudios han apuntado que la Legión fue la principal difusora del fascismo en España antes de la guerra civil. La Falange de José Antonio Primo de Rivera era un pequeño partido de estudiantes y taxistas que nunca hubiera podido alcanzar el poder sin el apoyo del ejército colonial. En la ideología de la Legión están los principios del fascismo: el patriotismo sin límites, la obediencia ciega, el sentimiento elitista de ser un grupo de elegidos, la voluntad de difundir la disciplina... No hay que olvidar que, cuando se formó la Legión, Francisco Franco fue nombrado lugarteniente del fundador, Millán Astray. En las unidades de la Legión hay, todavía, un auténtico culto a los fundadores. Algunos políticos progresistas, durante la República, quisieron disolver este cuerpo. No lo hicieron y les costó caro. El bando sublevado no hubiera podido ganar la Guerra Civil, especialmente en sus primeras fases, si la Legión no hubiera acudido desde el África en ayuda de los enemigos de la República.

Donde la transición no llegó

La mayoría de los exlegionarios asistentes a la manifestación no habían nacido cuando murió Franco. Pero muchos de ellos compartían la ideología fascista de los fundadores de la Legión, transmitida a lo largo del tiempo en esta unidad. El ejército se blindó frente a la transición, y la Legión es, quizás, la unidad que se ha mantenido más impermeable en la democratización. Y sigue siendo un reducto de ultraderecha.