Cuatro días después de agotar el plazo para entrar voluntariamente, el exjuez Salvador Alba ha ingresado en la prisión este martes por la mañana. El condenado a seis años y medio de prisión y dieciocho de inhabilitación para conspirar contra otra jueza de Podemos, Victoria Rosell, ha acudido al centro penitenciario El Salto del Negro de Las Palmas I en Gran Canaria en torno a las 10 h de la mañana, donde permanecerá cerrado en régimen especial, pocas horas después de que la Sala de lo penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) ordenara "la busca, detención e ingreso en la prisión". Con todo, ya se esperaba que entrara en la prisión hoy porque así lo había anunciado su mujer a varios medios de comunicación.

Alba ingresa en la prisión después de ser puesto en busca y captura

El exmagistrado corrupto se ha entregado al centro penitenciario a pesar de haber agotado el tiempo para hacerlo voluntariamente, aunque finalmente no parece que haya hecho falta intervención policial. Este mismo lunes, Alba recusó al presidente del TSJC, Juan Luis Lorenzo Bragado, para tener una "prisa inusitada" de encarcelarlo y lo hizo cumplir los seis meses y medio de pena para conspirar contra la jueza y actual delegada del Gobierno contra la violencia de género, Victoria Rosell, cuando era diputada de Podemos. En el escrito de recusación, el exjuez denunció la manera que se dictó el auto del 13 de octubre, cuando se desestimó suspender la condena del exmagistrado por motivos de salud. Alba aseguró que la Sala recibió formalmente el expediente por el cual se desestimaba su recusación anterior contra Lorenzo Bragado en las 13.39, y que la misma Sala dictó el auto que le daba un día por ingresar en la prisión sólo un minuto después, a las 13.40 h. Es por eso que sostiene que "es materialmente imposible una deliberación, votación y resolución en menos de un minuto" y apunta que eso demuestra que la decisión se tendría que haber producido "con anterioridad".

Prevaricación judicial

El Tribunal Supremo confirmó el año pasado la condena de seis años y medio de prisión y 18 años de inhabilitación del juez Alba para conspirar contra la jueza Victòria Rosell cuando era diputada de Podemos. De esta manera ratificó la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, que el año 2019 declaró culpable el magistrado por tres delitos cometidos durante el tiempo que sustituyó Rosell al frente del juzgado de instrucción número 8 de Las Palmas de Gran Canaria: prevaricación, soborno y falsedad. Para los dos primeros, tres años de prisión; para el tercero, tres años y medio. El Supremo concluyó que Alba utilizó "un procedimiento penal por alcanzar finalidades impropias" y "perjudicar el prestigio" de la jueza Rosell. En este sentido, consideró probado que el condenado se reunió en su despacho con uno investigado a quien le prometió que le ahorraría una investigación a cambio que aportara información y documentación a la causa contra Rosell. Los magistrados señalaron que la finalidad principal no era interrogar al imputado, "sino crear y aprovechar una ocasión para introducir en la causa aquellos datos que pudieran perjudicar el crédito o el prestigio del anterior juez de instrucción". En definitiva, Alba "torció" el procedimiento para obtener de manera ilícita contratos que pudieran incriminar Rosell, incluso ofreciendo al empresario imputado la posibilidad de archivar su caso.