Los Mossos d'Esquadra se mirarán ahora la muerte del científico que estudiaba la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, lo que popularmente es conocido, en animales, como la de las vacas locas, en el laboratorio 4141 de la Universidad de Barcelona, en l'Hospitalet de Llobregat. El objetivo de la Unidad Central de Consumo, la unidad de la policía catalana que investiga posibles delitos de salud pública relacionados con intoxicaciones alimentarias, fraudes con medicamentos o la salubridad de los alimentos, investigará si se produjo algún tipo de delito en la gestión de las muestras no autorizadas que fueron localizadas en el laboratorio dónde además del científico que murió también trabajaron otras personas relacionadas con el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), participado por varios organismos universitarios y científicos de Catalunya.

En el momento de los hechos nadie puso en conocimiento de los hechos a la policía catalana. Es más, preguntados por ElNacional.cat, cuando este hecho fue destapado por El País, la semana pasada, fuentes de la policía catalana aseguraron que no tenían conocimiento y que ni la Unidad de Investigación (UI) de la comisaría de l'Hospitalet de Llobregat de los Mossos ni ninguna unidad central había investigado el caso. Ahora, sin embargo, se ha decidido que los investigadores de la Unidad Central de Consumo abran diligencias para aclarar si la obtención y la gestión de las muestras se hizo correctamente. Los Mossos, de momento, han pedido información a IDIBELL y también han pedido poder tener acceso a las informaciones sobre la enfermedad del científico, para confirmar cuál fue el motivo de la muerte.

Unidad Central de Consumo de los Mossos

La Unidad Central de Consumo, que forma parte de la Comisaría General de Investigación Criminal, es la que se encarga, desde 1992, de la investigación de posibles delitos relacionados con un uso ilegal de productos farmacéuticos y de posibles intoxicaciones alimentarias. Es una unidad con muy pocos agentes pero muy especializados con conocimientos científicos y de procedimientos administrativos, que está donde basan toda su investigación. El análisis de todos los elementos que ahora puedan conseguir los agentes de esta unidad, aunque haga muchos meses de la muerte del científico, que se empezó a encontrar mal el año 2020 y murió el año pasado, el año 2022, a los 45 años, servirán para ayudar también a aclarar los hechos.

Las informaciones que se han conocido hasta ahora, y que ha avanzado El País, demuestran que en el interior del laboratorio 4141 había muestras humanas de personas que habían muerto a causa de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, unas muestras que oficialmente nunca se autorizaron. El científico que murió trabajaba en este laboratorio, con un equipo para investigar esta enfermedad, desde 2018 si bien antes había estado también haciendo investigación de esta enfermedad en Alemania, donde algunas fuentes aseguran que se pudo contagiar allí, si bien desde estos centros lo niegan y aseguran que allí no se trabaja con muestras humanas, hecho que haría imposible que hubiera podido contraer la enfermedad en los dos centros de investigación alemanes donde trabajó.

Investigación para aclarar como murió

La mala gestión de las muestras, que se encontraron en un laboratorio sin medidas de bioseguridad y fuera de los espacios donde podían estar, y si eso fue lo que contagió al hombre, lo tendrá que intentar aclarar la investigación interna del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) de manera interna y los Mossos d'Esquadra de manera externa. Hoy por hoy, se trata de una investigación meramente policial y todavía no se ha entrado en ningún juzgado ni se han pedido medidas que tenga que avalar un juez.