Un grupo internacional de investigadores coliderado por la bióloga catalana Ariadna Mechó del Barcelona Supercomputing Center (BSC) ha hecho un hallazgo extraordinario en las montañas submarinas de la costa de Chile. Los investigadores han observado 160 especies submarinas que hasta ahora no se sabía que vivían en la región, de las cuales al menos 50 podrían ser potencialmente nuevas para la ciencia. Entre otros, se han identificado corales de aguas profundas, esponjas de cristal, erizos de mar, calamares, peces, moluscos, cangrejos, estrellas de mar y otras especies nunca antes observadas por los científicos.

40 días navegando en las montañas submarinas de Chile

Mechó, investigadora del grupo de Variabilidad y Cambio Climático del Departamento de Ciencias de la Tierra del BSC, ha presentado los resultados del estudio este jueves, en el marco de la celebración en Barcelona de la Conferencia del Decenio del Océano de la Unesco, que reúne a 1.500 expertos de todo el mundo con el objetivo de analizar las herramientas científicas que sirvan para preservar los mares. La expedición, financiada por el Schmidt Ocean Institute, navegó 40 días por las montañas submarinas de la Dorsal de Salas y Gómez, una zona remota y poco explorada que se extiende a lo largo de 2.900 kilómetros desde las costas de Chile hasta la isla de Pascua (Rapa Nui), que también pertenece a Chile.

"Hemos encontrado entre 50 y 60 especies potencialmente nuevas a simple vista, un número que probablemente aumentará cuándo trabajemos todas las muestras que tenemos en el laboratorio," ha asegurado Mechó. "También hemos encontrado uno de los corales mesofóticos más profundos del mundo, hecho que amplía en varios centenares de kilómetros la distribución de esta fauna polinesia". También han encontrado campos de esponjas y corales, hábitats considerados "vulnerables y necesitados de protección". La expedición se hizo del 24 de febrero al 4 de abril con un equipo formado por 25 científicos de 14 organizaciones de 5 países ―Chile, los Estados Unidos, Italia, España y Holanda―, entre ellos la primera bióloga marina rapanui, Emilia Ra'a Palma Tuki, recientemente graduada en la Universidad Católica del Norte de Chile.

Ariadna Mecho biologa / barcelona supercomputing center
La investigadora catalana Ariadna Mecho / Foto: Barcelona Supercomputing Center

El Consejo del Mar de Rapa Nui dio apoyo a la expedición, proporcionando el permiso principal para trabajar en la zona, y colaboró aportando un observador Koro Nui y un experto local en navegación para incorporar a la expedición sus perspectivas como miembros de la comunidad Rapa Nui. El papel del BSC y la supercomputación en la campaña ha sido proporcionar datos de modelización climática a través de diferentes escenarios para establecer la distribución de especies en la zona. Eso, afirman desde la institución, ayudará a comprender cómo se verán afectadas estas especies por los cambios futuros, según cada escenario posible. El objetivo último es proporcionar la información necesaria para que las autoridades locales designen esta cordillera submarina como una zona marina de importancia ecológica y biológica (EBSA) por el Convenio sobre la Diversidad Biológica y "zona prioritaria" ecológica y socioeconómica para la protección internacional, por el tratado de Alta Mar.