La Fiscalía ha pedido en las 70 diócesis del Estado español que le comuniquen todos los datos que tengan sobre casos de pederastia en el seno de la Iglesia católica. Según informa El País, el ministerio público ha precisado que quiere "información sobre las denuncias o testimonios recogidos (...) en el seno de congregaciones, colegios o cualquier otra institución religiosa", ya que "le sería de máximo interés y utilidad" para "la eliminación de este fenómeno lamentable". Sin embargo, la respuesta de la Iglesia ha sido pedir a las parroquias que limiten la información que den a la Fiscalía, entregando solo datos de los casos en que las víctimas todavía son menores.

"El problema no son los casos que han salido a la luz, sino los que no se conocen", han afirmado desde la Fiscalía. El ministerio público ha pedido toda esta información para poder dimensionar el problema" y ver qué medidas pueden tomar ante los casos que ya han prescrito.

Hasta el momento, la Conferencia Episcopal ha entregado dos informes sobre centenares de casos de pederastia dentro de la Iglesia, pero estos casos son solo lo que El País ya destapó en su investigación. Es decir, la Iglesia no estaba aportando información nueva. En aquel momento la Fiscalía pidió a la Conferencia que le envías más información de la ya publicada, pero alegaron que tenían la capacidad para recoger esta información. Así pues, el ministerio público optó por contactar con cada una de las 70 diócesis.

Sin abrir el pasado

Cuando la Fiscalía ha optado por contactar con todas las diócesis del Estado, la Conferencia Episcopal ha vuelto a poner impedimentos. Según El País, se habría enviado una circular interna a todos los miembros donde se detallaba cómo se tenía que colaborar con la justicia. En este circular, se aconsejaría cooperar de forma restrictiva. Es decir, remitir solo en las fiscalías provinciales los casos de víctimas que siguen siendo menores de edad (es decir, el que ya los obligaba la ley desde el año 2015) y en la Fiscalía General las referencias de fechas de estas comunicaciones. Con respecto a los casos pasados, se ha pedido que se comuniquen datos de los que ya se han dado a conocer, que no son todos, sino los que han salido a la luz.

Esta restricción no ha estado bien recibida por algunos miembros de la Iglesia. "Lo que es grave no es que nos digan lo que tenemos que decir, sino la negativa a transmitir información que hemos recibido sobre víctimas que ahora son más mayores, aunque sufrieron los abusos siendo menores. Es una vergüenza, no ha cambiado nada", ha afirmado un miembro de la Iglesia que se mantiene en el anonimato, a quien ha añadido: "También es indignante que quieran controlar lo que hace cada diócesis, cuando hace tan solo un par de años justificaban que no tenían poder sobre ellas