Las estadísticas señalan que el 85% de los trabajadores a nivel mundial no son felices en el trabajo. Además, un estudio reciente de Ipsos señala que España es el país más infeliz de Europa y el penúltimo a nivel mundial. ¿Es posible ser feliz en el trabajo? ¿Pueden las empresas ser más rentables cuidando a las personas? La respuesta es que sí. Así lo han explicado Oriol Segarra, CEO de Uriach y autor de La evolución del liderazgo peregrino y Liderazgo peregrino y David Tomàs, CEO Cyberclick business angel y autor de los libros de felicidad laboral La empresa más feliz del mundo y Diario de un millennial.

En una mesa redonda moderada por el CEO de Happÿdonia, Pedro López, y el CEO de Efficient Happiness, Antonio Rodríguez, en el Hotel H10 de Barcelona, los expertos han dado las primeras claves para conseguirlo. "Hay que ser natural, humilde, pedir perdón cuando toca. Pero lo más importante es preguntarse si a los trabajadores les brillan los ojos. Si ves que no, quizás no es porque la gente esté o sea aburrida sino qué estoy haciendo yo para que no les brillen los ojos. Este es el consejo más importante que se puede dar", detalla Segarra.

"Como primer paso, es importante preguntar al equipo qué les falta para estar mejor en la empresa. A veces son pequeñas cosas. Nosotros lo hicimos y recibimos muchas hojas llenas de mejoras", observación Tomás.

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Pedro López, David Tomás, Oriol Segarra y Antonio Rodríguez / A.S.S.

Ambos han insistido en que ahora las empresas son las personas. "Si no pones las personas en el centro, te equivocarás", remarca el CEO de Uriach. "Cuándo eres el fundador de una compañía y no tienes ganas de ir a trabajar alguna cosa va mal", explica el de Cyberclick. "Y eso me pasó a mí. Hace falta decir pero que cambiar la manera de trabajar no es una cosa que se hace de un día para el otro. Pero hay un momento que sientes que tienes que cambiar".

"La necesidad de cambio tiene que estar", remarca Segarra. "A partir de aquí se tienen que hacer unas preguntas: dónde vamos, por qué, de qué manera llegaremos y hay que convencer a la gente. Hay que hacer creer en el equipo que todos iremos a una. La única manera de ganar confianza es darla".

"Una persona es un cuerpo, unas emociones. Las organizaciones tienen que ponerse dentro de las dimensiones humanas, y para trabajar bien te tienes que encontrar bien. Hay que ayudar a la gente a mejorar su salud física para que puedan trabajar mejor", detalla.

'Lo importante es participar' es una frase hecha no muy válida para Segarra. "A la gente le gusta estar en una organización que gane, que crezca".

La entrada de los 'millennials' y la generación Z al mercado laboral

Tomás asegura que la mayoría de su equipo son millennials e incluso ya empieza a haber de la generación Z. "Es una manera diferente de entender el trabajo. La fidelidad con la empresa ha cambiado. Antes era importante estudiar y entrar en una empresa y quedarse. Ahora se ha educado para hacer algo que les guste. La empresa que cuidará de ti ya no sabemos si existe. Eso hace que la vinculación con el trabajo sea diferente".

"Para mí, el feedback es muy importante. Sólo con cinco minutos diarios puedes decir qué hace bien un trabajador y qué tiene que mejorar", expone. "Con eso, la gente ya se siente valorada".

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"En nuestro caso, lo que decimos es 'tú estarás aquí un tiempo pero tenemos que intentar que este sea el mejor posible'", valora Segarra. "Lo que digo yo es que cuando este trabajador se marche, me gustaría que pudiera decir dos cosas. Primero, que hayan sido los mejores años de vida profesional y segundo, que haya crecido como persona. Si conseguimos eso, habremos crecido juntos".

Segarra pero comenta que es importante saber cuáles son los sueños personales y profesionales del trabajador. "¿Qué podemos hacer para conseguirlos? Intentamos reflejar que no es sólo que se comprometa el trabajador sino que este también tendrá un entorno".

¿Fichar o no fichar?

"Calentar la silla es una tontería", dice Segarra. "El estrés viene en función de cómo vives el trabajo". "Hay que salir del patrón horario, no tiene ningún sentido. No sé ni cuántas horas trabaja mi equipo. Me interesa la energía con la que se trabaja", relata Tomás. "Si se hace con ganas, estoy seguro de que es puede llegar a hacer con la mitad del tiempo". "Es interesante saber cuántas horas se destinan a comentar los problemas de la compañía", termina.