La reducción de la velocidad a un máximo de 100 km/hora en el tramo del Vallès de la AP-7, entre Montornès del Vallès y el Papiol (Baix Llobregat), ha entrado en vigor este viernes para mejorar la seguridad vial y reducir la siniestralidad en las carreteras catalanas. Concretamente, el límite de velocidad a un máximo de 100 km/h en este tramo de la AP-7 es una de las cuatro medidas acordadas el pasado día 9 de noviembre entre el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) y el Servei Català de Trànsit (SCT).

El nuevo límite de velocidad en la zona del Vallès afecta al tramo de la AP-7 entre los kilómetros 132 y 161, tanto en sentido norte como sur. Es decir, entre la bifurcación de la B-23 (El Papiol) y el enlace de la C-33 (Montornès). Se trata de un punto con un flujo diario de entre 130.000 y 140.000 vehículos. Así pues, la disminución de la velocidad en la parte central del Vallès se ha hecho efectiva hoy una vez finalizados los trabajos para adaptar la señalización vertical.

Más medidas para reducir la mortalidad en las carreteras

Además de la reducción de la velocidad en el tramo del Vallès de la AP-7, la administración catalana y la española han acordado reducir el límite de velocidad a 100 km/h entre las localidades tarraconenses de Calafell y l'Ampolla, que todavía no ha entrado en vigor. También se prevé implementar dos medidas más para reducir la siniestralidad a la AP-7 después de la liberalización de los peajes. Estas dos medidas son, en primer lugar, habilitar un carril "especializado" en la ronda de Girona, el de la derecha, para facilitar la entrada y salida de vehículos de la AP-7 en este punto. Y, en segundo lugar, instalar un radar de control de velocidad entre Altafulla y Constantí para que se cumpla el límite, que se mantiene en 120 km/h. Se prevé que estas medidas pactadas afecten a cuatro grandes tramos de la autopista y un total de 83 kilómetros.

Con todo, cabe mencionar que, después de la liberalización de los peajes, la siniestralidad en la AP-7 ha subido un 11% con respecto al año 2019 y concentra el 17% del total de víctimas mortales en las carreteras catalanas con 23 muertos.

Tráfico impulsa formaciones para motoristas

El Servei Català de Trànsit (SCT) ha impulsado una actividad formativa pionera para motoristas ante el repunte de la siniestralidad este mes de noviembre entre este colectivo vulnerable. Y es que en lo que llevamos de 2022 han muerto 40 motoristas en las carreteras catalanas. Así pues, según informa este jueves el SCT, el objetivo de esta actividad, en la cual los Mossos d'Esquadra hacen charlas sobre movilidad segura a los motoristas, es la de concienciar a este colectivo vulnerable y reflexionar sobre la percepción del riesgo.

En la primera de estas charlas, el director del SCT, Ramon Lamiel, ha remarcado que, si bien este año el número de víctimas mortales entre los motoristas es menor al de 2019, con una reducción del 11%, este mes de noviembre "ha habido un aumento general de la siniestralidad que también ha afectado" a este colectivo.

La primera actividad de la formación ha sido una charla interactiva en la cual agentes de los Mossos y motoristas han debatido sobre lo que se considera ser un buen conductor y se han planteado cuestiones relacionadas con el equipamiento, la seguridad y la normativa.