La situación de sequía que Catalunya arrastra desde hace más de dos años no parece que vaya a mejorar en el corto plazo. Aunque las lluvias de mayo y junio dieron un poco de margen a los agricultores y alejaron las restricciones de agua, las elevadas temperaturas y la falta de precipitaciones a lo largo de en julio y agosto han tenido un grave impacto en los pantanos. El agua acumulada a finales de la primavera se ha evaporado, y este sábado, los embalses de las cuencas internas de Catalunya registran un nuevo mínimo que resulta alarmante: de media, no superan el 25% de la capacidad total, según datos de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) En concreto, se sitúan en el 24,96%, 14 puntos y medio menos que el año anterior en la misma fecha, cuando estaban en el 39,54%. Se prevé que con la llegada de una nueva ola de calor, la cifra disminuya todavía más, hasta situarse en niveles del 2008.

Riudecanyes, el embalse más crítico

De los diez embalses de las cuencas internas de Catalunya, ninguno se encuentra por encima del 50%, pero hay diferencias entre unos y otros. Así, los que se encuentran en una situación más crítica son el de Riudecanyes, con un 4,94% de la capacidad, cuando hace un año estaba en el 28,6%; y el de Siurana, con un 5,33%, casi la mitad que el año anterior, cuando estaba en el 9,57%. El Darnius-Boadella también ha perdido la mitad del agua con respecto a agosto del 2022, si entonces era del 36,80%, ahora se encuentra en el 18,33%. Los embalses de Sau y de la Losa del Cavall tampoco superan la media, con un 20,42% y un 24,70%, pero la pérdida ha sido mayor en el caso del primero, ya que la reserva de agua ha bajado 17 puntos, mientras que en el caso del segundo la bajada ha sido de 6 puntos en un año.

Por encima de la media se encuentran el pantano de Susqueda, al 25,9% de la capacidad; la Baells, con un 33,29%; Sant Ponç, con un 36,68% y el Foix, con un 49,96%. Aunque el porcentaje actual sea superior en el caso de estos embalses, la reducción de agua ha sido especialmente pronunciada en algunos de ellos. Así, por ejemplo, el nivel del Foix ha bajado 27 puntos, y el de Sant Ponç, 25.

La situación es un poco mejor en los embalses de las cuencas del Ebro, pero con un 35,4%, siguen estando en niveles bastante bajos. Guiamets se encuentra al 5,1%, Canelles al 12,33%, Rialb al 17,6%, Oliana al 36,5%, Talarn al 50,1%, Camarasa al 56,07%, Cavallers al 62,4%, Baserca se encuentra al 73,75%, Terradets al 95,25% y Riba-roja d'Ebre al 97,9%.

Estado de emergencia en 24 municipios

El director de la ACA, Samuel Reyes, ya advirtió a principios de mes de que "tras treinta meses de sequía, para que llueva dos meses no ha desaparecido el riesgo". Así se expresaba el pasado 2 de agosto después de activar por primera vez en Catalunya la alerta máxima por una crisis hídrica. Se declaró el estado de emergencia por sequía del acuífero de Fluvià Muga y en el embalse de Riudecanyes, que afectan a 24 municipios del Alt Empordà y el Baix Camp. Esto implica restricciones para la ciudadanía como una dotación máxima de 200 litros por habitante y día.