Tres años después de la huelga general del 14 de noviembre del 2012, donde Ester Quintana perdió un ojo, llega el juicio de este caso. Será el primer juicio penal por lesiones de pelota de goma, con dos mossos sentados en el banquillo de los acusados como presuntos responsables de los daños. El destino ha hecho que el juicio coincida con la celebración del Dia de les Esquadres el próximo lunes 11 de abril. Es el día de la policía catalana donde se condecora y homenajea a los agentes. La cúpula y la plana mayor de Interior y de los Mossos estará en el Auditori del Fòrum en el acto protocolario más importante del cuerpo, mientras que dos de sus compañeros afrontan el juicio por la acusación de disparar una pelota de goma y causar la pérdida del ojo a Ester Quintana. 

"¡Que fuerte!", exclama Quintana a El Nacional, sorprendida por la coincidencia. Espera el juicio con ganas. "Han sido 3 años muy duros y espero que llegue el juicio". Se muestra prudente y a la expectativa. Tanto con respecto a lo que pueda suceder durante la vista, como por lo que supone su caso para los Mossos d'Esquadra. Su caso es el de la última lesión de pelota de goma en Catalunya. Un arma que ya hace más de un año que no utiliza el cuerpo policial catalán. Se retiraron a raíz de la comisión de investigación que se abrió en el Parlament y después del extenso debate que habido siempre con esta práctica y que subió de tono con el caso Quintana y la gestión que hicieron desde Interior al exconseller Felip Puig y el exdirector general de la Policia Manel Prat, que acabó dimitiendo tiempo después.

"Tendremos que ver cuando se acabe todo si podemos decir que mi caso ha sido un antes y un después en la Justicia, con respecto a la impunidad, y a la manera de hacer de los Mossos", dice Ester Quintana. 

En una entrevista en El Nacional, el director general de la PoliciaAlbert Batlle, no escondió que le gustaría ahorrarse el juicio y la incomodidad que ha generado en el cuerpo. "Creo que hemos hecho un esfuerzo reparador muy importante, muy importante. Al principio, preservando la presunción de inocencia de todos los que están involucrados en este caso. Probablemente eso fue consecuencia de una actuación policial, que posiblemente será muy difícil de determinar, pero en cambio nosotros hemos hecho este esfuerzo para hacer la indemnización," añadió.

Entre 2 y 9 años de prisión

Los Mossos acusados son un subinspector y un escopetero. La fiscalía pide para ellos 2 años de prisión por lesiones, por una imprudencia grave, y 4 años de inhabilitación. 

Aunque la pena de la Fiscalía es más baja, el Ministerio Público se muestra contundente en su escrito de acusación: "Incumplieron los protocolos sobre cómo actuar durante una manifestación". También destaca que no adoptaron las medidas necesarias para evitar daños a terceras personas. Los dos acusados forman parte de la unidad de la Brigada Móvil (BRIMO) que el 14 de noviembre dispersó a manifestantes de la huelga general. La furgoneta fue a plaza Urquinaona, plaza Catalunya, Rambla Catalunya, Gran Via y el Passeig de Gràcia. Justo en este punto es donde estaba Ester Quintana y donde recibió el impacto. En la Gran Via se estaban produciendo disturbios, pero en el Passeig de Gràcia, no. Aún así los Mossos dispersaron. El escrito de la Fiscalía dice que la situación era de "tranquilidad", que quedaban "escasos manifestantes", que estaban "en fase de dispersión" y que "se marchaban voluntariamente" del lugar. No había nadie con objetos peligrosos ni nadie opuso resistencia.

El escopetero disparó dos tiros. El primero fue limpio. Era una salva, un tiro para disuadir pero sin munición. El segundo fue en cambio un tiro ahogado, como si alguna cosa saliera del arma larga: Una pelota de goma. El arma que se utiliza para disparar las salvas y las pelotas de goma es la misma. Quintana cruzaba el Passeig de Gràcia deprisa ante la presencia policial, cuando recibió el impacto. Minutos antes, estaba en la acera despidiéndose de unos amigos tranquilamente. Después de los tiros los agentes se marcharon en dirección a la Bolsa, en el Passeig de Gràcia. Una vez acabado el operativo, el SEM alertó a los mandos de los Mossos de que había una persona herida con explosión ocular, que es el diagnóstico que reciben los heridos de pelotas de goma. Y uno de los mandos vio a Quintana en la ambulancia completamente desorientada y explicando que había recibido el impacto fuerte de alguna cosa en la cara.

La acusación particular pide 9 años por un delito de dolo eventual. En el escrito de acusación se argumenta que los policías dispararon voluntariamente y siendo conocedores del “peligro vital real” del tiro. La abogada Laia Serra asegura en el escrito que "a pesar de saber que era un despropósito disparar balas de goma contra peatones que se encontraban andando a una treintena de metros, y que se estaban contraviniendo peligrosamente las normas de seguridad y principios rectores, el subinspector 3.772 ordenó a su agente escopetero 14.211, que tenía cerca, que disparara en la dirección donde estaba Ester Quintana”. 

Interior ya ha admitido que Quintana perdió el ojo a raíz de una acción policial. Por ello le pagó una indemnización de 260.000 euros. El acuerdo incluye que Ester Quintana renuncia a reclamar las indemnizaciones a los dos acusados, renuncia a la parte civil. Ya paga por ellos a la Generalitat. A lo que no renuncia es a la posibilidad de que asuman responsabilidades penales y paguen por el daño que le causaron, con la inhabilitación y la prisión.  

Sin pelotas de goma

El caso Ester Quintana fue determinante para eliminar del armamento de Mossos las pelotas de goma. La decisión sale de la comisión de investigación del Parlament donde también intervino Quintana. 

Los otros ojos

La indemnización de Quintana no es la única que ha concedido la conselleria. Interior ha hecho un cambio de estrategia en este sentido, y, a diferencia del conseller Puig, que negó que se disparara cualquier tipo de proyectil en el caso Quintana y que después tuvo que rectificar hasta tres veces, el conseller Jané ha pedido por escrito disculpas a los heridos y el departament está negociando las indemnizaciones. El mismo Albert Batlle admitía a El Nacional el cambio de estrategia y el hecho de que "la Administración pública en un Estado democrático tiene que estar en condiciones de dar cuenta de las actuaciones, y está clarísimo que en algunas intervenciones como las que corresponden a una Policía hay un porcentaje de errores. El problema es que estos errores puedan ser detectados y que se puedan corregir. Tendría que ser una práctica normal del conjunto de los servicios públicos".

El pasado mes de enero otro herido de pelota de goma cobró una indemnización. Fue Nicola Tanno, que sufrió el impacto en el fuego cruzado durante la carga que hubo en la carretera de la Bordeta el 12 de julio del 2010, justo después de la victoria de España en el Mundial de fútbol. La indemnización de 200.000 euros que recibió y las disculpas públicas del conseller son "un cierre, un final de etapa", decía Tanno a El Nacional. "No sé si esta cifra es la que tendría que ser, pero como mínimo tengo el reconocimiento por parte de Interior de que se equivocaron".

A pesar de este reconocimiento, ni Tanno ni otras víctimas de pelota de goma, como Oscar Alpuente o Jordi Naval, han conseguido que su caso acabe con un juicio y con los mossos en el banquillo de los acusados. El primero será el de Ester Quintana.

Quintana ha sido desde el primer momento una de las víctimas de pelota de goma más mediáticas. Su lucha personal para sobreponerse a la pérdida del ojo y hacer justicia va acabando siendo una lucha global. No se ha negado nunca a dar su punto de vista, al contrario, ha hecho todo lo posible para sensibilizar.