Elon Musk se ha vendido a sí mismo como un emprendedor de ideas rupturistas y poco comunes. La detrás de esta lista es otra nueva idea que le puede arrastrar grandes consecuencias legales. En la difícil situación económica que se encuentra Twitter, en parte gracias a los despidos masivos impulsados por el mismo Musk, el multimillonario ha decidido que tiene que recortar gastos. Para ahorrar ha decidido que dejar de pagar el alquiler, según informa The New York Times.

Actualmente, Twitter no paga el alquiler de su sede principal en San Francisco, ni a ninguna de sus oficinas por todo el mundo, según han informado el diario estadounidense fuentes de la misma compañía. No están siendo las únicas cuentas que deja sin pagar la nueva adquisición de Elon Musk. Tampoco se estaría pagando una factura de 197.725 dólares por los vuelos chárter privados realizados la semana de la adquisición de la compañía por el magnate, según se recoge en una demanda presentada al Tribunal del Distrito de New Hampshire.

Aunque el más preocupante para el equipo legal de Twitter es la negativa de Musk a pagar las indemnizaciones de los despidos masivos que ha hecho. Negar estas indemnizaciones de miles de personas puede tener consecuencias legales y económicas nefastas para la misma compañía. Además, según un correo interno, Musk ha amenazado a los empleados con demandas judiciales si hablan con los medios de comunicación y "actúan de una manera contraria al interés de la empresa".

Musk cierra el grupo asesor contra los discursos

La huella de Musk sobre Twitter se caracteriza por el caos, las decisiones caprichosas y para dejar la puerta abierta a los discursos de odio a la plataforma. En esta línea, la compañía ha cerrado el Consejo de Confianza y Seguridad, un grupo dedicado a asesorar a la compañía contra los discursos de odio, recogen varios medios norteamericanos.

En un correo electrónico enviado poco antes de una reunión prevista entre el grupo y la nueva jefa de Confianza y Seguridad, Ella Irwin, la compañía justifica la decisión porque el Consejo "no es la mejor estructura" para "incorporar las opiniones externas a nuestro trabajo". Todo tiene lugar en amnistía que Elon Musk ha declarado a todas las cuentas cerradas bajo la supervisión de la anterior dirección. A principios de noviembre, sin embargo, Musk dijo que Twitter no permitirá que ninguna persona que haya sido eliminada de la red social para violar sus reglas vuelva a la plataforma hasta que la compañía tenga un proceso claro. El magnate, que compró la red por 44.000 millones de dólares, anunció en una serie de tuits que creará un "consejo de moderación de contenido de Twitter (que) integrará representantes con puntos de vista muy divergentes".