La producción de kilómetro cero o con materiales reciclados es cada vez más importante en el sector textil. El número de marcas de moda sostenible en Catalunya ha aumentado un 23% en el último año, según datos de la plataforma Ethical Time. La pandemia también ha generado un efecto positivo y ha contribuido a acelerar la apuesta por productos de proximidad.

"Hoy una empresa no tiene futuro si no se plantea el elemento de sostenibilidad en su ecuación", reconoce la directora general de Comercio del Departamento de Empresa y Conocimiento, Muntsa Vilalta, en declaraciones en la ACN. Desde esta área, Vilalta defiende la sostenibilidad y la digitalización como elementos claves para impulsar las marcas catalanas a escala internacional.

"En el 2013, más de mil personas murieron en una fábrica textil en Bangladés. Fue un punto de inflexión a partir del cual la conciencia a escala internacional del sector de la moda aumentó mucho", asegura el fundador y director general de Ethical Time, Ignasi Eiriz. Movimientos como 'Fridays for Future' o el posicionamiento de grandes empresas internacionales en favor de la sostenibilidad también han contribuido a generar un cambio en el consumidor, que apuesta cada vez más por las marcas sostenibles.

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Foto: La tienda Infinit Denim / ACN

Crece más de un 20%

De hecho, estas han crecido un 23% en Catalunya en el último año y un 21% a todo el Estado. "Cada vez son más las empresas que incorporan el concepto de sostenibilidad en el posicionamiento de marca", afirma Vilalta. La pandemia ha impactado positivamente en este tipo de compañías porque ha reforzado la apuesta del consumidor por productos de proximidad.

La crisis del coronavirus ha provocado un impacto "contundente" en el sector de la moda, con descensos de las ventas de hasta el 40%. Sin embargo, "las empresas que han apostado por valores de sostenibilidad han tenido un elemento de crecimiento", explica la directora general de Comerç. "La gente se ha volcado a valorar el producto y la fabricación local. El cambio que se había empezado a hacer en el sector de la alimentación, ahora ha dado el salto a la moda", explica la diseñadora de Iaios, Gemma Barbany.

La empresa se creó en el 2016 y produce jerséis hechos a partir de hilo regenerado, recuperado de los retales de fabricaciones textiles. "El hilo lo compramos en Olot, el tejido y la confección la hacemos en Igualada, y nosotros diseñamos y distribuimos el producto desde Granollers", afirma Barbany. La compañía ha aumentado las ventas con respecto al año pasado y, durante el confinamiento ha podido parar el golpe" gracias a la venta en línea.

El 'greenwashing'

El incremento de estas empresas también ha ido acompañado del denominado 'greenwashing'. "Sólo una de cada ocho empresas que dicen ser sostenibles llevan a cabo más prácticas que producir con material reciclado, afirma Eiriz. Por este motivo, Ethical Time ha desarrollado un certificado con el objetivo de distinguir qué marcas son realmente sostenibles.

Para el director general de la compañía, la sostenibilidad va mucho más allá de los materiales, y tiene también en cuenta donde se producen las prendas de ropa, qué recursos híbridos y energéticos se consumen para producirlas, cuál es su vida útil e, incluso, qué condiciones laborales hay detrás de la cadena de producción. Eiriz denuncia que, a diferencia de la industria de la alimentación, el sector de la moda no está regulado y, por lo tanto, los consumidores no pueden diferenciar con claridad qué empresas son realmente sostenibles.

El sector textil es el segundo más contaminante del mundo, por detrás del petróleo. "Cada año se emiten 1.200 millones de toneladas de gases de efecto invernadero a escala global, el 10% de los gases de todos los sectores," explica Eiriz. Ante esta situación, la cofundadora de Infinito Denim propone tender ningún a la moda circular, la "uniformidad" del tejido y la producción local. "La moda sostenible es una apuesta por más precio, menos cantidad y más calidad", añade Barbany.

Las demandas del sector

Por|Para la consolidación de la moda sostenible en el sector, las marcas piden una mayor regulación y una apuesta clara de las administraciones por el pequeño comercio. "Quedamos pocos y, si desaparecemos, sería un desastre en el ámbito económico", afirma la diseñadora de Iaios.

Por su parte, la Generalitat trabaja en la promoción de la sostenibilidad y la digitalización como elementos claves para posicionar el sector de la moda catalana a escala internacional. "En Catalunya tenemos un polo de creatividad y diseño importantísimo, y nos lo tenemos que creer", afirma Vilalta. Recientemente, Comerç también ha impulsado la primera aceleradora de moda y trabaja para promover que las empresas puedan acceder a la formación en digitalización.