Cuando Catalunya lleva ya una década sin carreras de toros -la abolición entró en vigor el 1 de enero del 2012-, Ciudad de México ha seguido su ejemplo y también las ha prohibido, aunque de momento, sólo de forma cautelar. El resultado, la Plaza Mexico, considerada la plaza de toros mayor del mundo por sus 42.000 localidades, no podrá organizar ningúna corrida a lo largo de este año, a la espera de que un juicio determine o no su prohibición definitiva. Todo ello viene de una demanda presentada justo hace dos semanas por la ONG Justicia Justa, que pidió la prohibición de los toros en la plaza de la capital mexicana en aplicación de la Constitución federal mexicana que prohíbe el maltrato animal.

Según recoge la agencia Efe, la misma ONG pidió como medida cautelar la suspensión de las corridas mientras se celebra el juicio que determinará o rechazará la prohibición definitiva, de las corridas de toros en la alcaldía Benito Juárez de Ciudad de México, donde se ubica la plaza. Se espera que el juicio se celebre en un plazo de entre seis meses y un año. Siempre según la información de la agencia citada, dos de los tres magistrados del Tribunal Colegiado 22 en Materia Administrativa concluyeron que es procedente la suspensión cautelar, ya que la medida privilegia el derecho a un ambiente sano.

Los hay que no ven maltrato

Por su parte, los acólitos a la tauromaquia han defendido el derecho a matar toros porque consideran que el maltrato animal viene determinado por la misma naturaleza de estos. En declaraciones también recogidas por Efe, el abogado de Tauromaquia Mexicana Daniel Ávila, aseguró que "no es igual un toro de lidia que una mascota, y por eso el maltrato no significa lo mismo en todas las especies". Por su parte, Plaza Mexico señaló que tenía la intención de "diferir la celebración de corridas y novilladas, agotando todas las instancias legales a su alcance, a favor de la tauromaquia".

De hecho, esta plaza cuenta todavía con 10 días para impugnar la suspensión ante el Tribunal Colegiado de Circuito, una instancia superior al juzgado que ha determinado la suspensión de corridas. Asimismo, hay que recordar que la medida sólo afecta a esta plaza, ya que dentro de la aglomeración de Ciudad de México hay otras plazas de toros, que, de momento, no se han visto afectadas por la prohibición. Otra cosa será si, en caso de que el juicio dé finalmente la razón a los defensores de los animales, la prohibición, porque recogería un derecho constitucional, se tendría que hacer extensiva a todo el país. Y mientras tanto, Catalunya ya hace diez años que está liberada de toros, a pesar de las amenazas, todas fracasadas, del sector taurino, de volver a Catalunya.