El caso del asesinato de una pareja en Susqueda parece tener los días contados. Todos los indicios que baraja el fiscal, Víctor Pillado, apuntan a Jordi Magentí como culpable de los homicidios de los jóvenes, y tanto las llamadas sospechosas del detenido como las imágenes de las cámaras de videovigilancia de la zona del pantano no hacen más que reforzar esta hipótesis. Sin embargo, la investigación tiene todavía un cabo suelto: un testigo perdido.

Victor Pierre Veyrier no compareció el pasado julio ante el juzgado de Santa Coloma de Farners (Selva), que lo llamó a testificar a demanda de la defensa de Magentí. Este hombre de nacionalidad francesa —que era uno de los inquilinos del Mas Llomà en el momento de los hechos— desapareció completamente del mapa después de que la policía le tomara declaración. Los agentes que llevaban el caso no lo consideraron un personaje determinante en el transcurso de las pesquisas, de forma que se le perdió la pista.

A raíz de las reiteradas demandas del abogado del presunto culpable, Benet Salellas, el juez citó a Veyrier a declarar, sin éxito. Todos los intentos de contactar con él resultaron infructuosos. La defensa de Magentí ha pedido al juzgado en cargo toda una serie de diligencias de investigación, entre las cuales está el requerimiento de información a la UCPD de los Mossos d'Esquadra sobre el momento en que se perdió la comunicación con el desaparecido.

La mano sangrante

Según el último escrito presentado por Salellas, Veyrier —en otros documentos figura como Veirier— declaró que en el momento que se produjeron los hechos se encontraba junto al agua en la zona próxima al Mas Llomà, donde residía con los ciudadanos de nacionalidad belga Laurent Schenkel, Olivier Bodenghien y Gi Won. Como inquilino de la casa, el hombre conocía el pantano y desde su posición tendría que haber visto el vehículo de la pareja asesinada llegando a la Platja de la Raconada desde Rupit, argumenta la defensa.

El desaparecido explicó a la policía que a la hora del crimen estaba arreglando un tubo con Bodenghien, hecho que su compañero no ha ratificado. Según el testimonio de Gi Won, Veyrier se encontraba cerca, pero no retocaba ningún tubo. El mismo día de los hechos, Veyrier presentaba una lesión sangrante en la mano, cuya causa no quedó muy clara en la declaración. También se desprende de los testimonios de los inquilinos que el desaparecido había pasado solo un rato considerable aquel día.

Único inquilino

El resto de los residentes del Mas Llomà abandonaron la zona —por diferentes motivos— en las horas posteriores al crimen, de manera que Veyrier habría sido el único ocupante de la casa "como mínimo" hasta poco después del fin de semana del 26 y 27 de agosto de 2017. Según el escrito del abogado de Magentí, esta situación da "tiempo y oportunidades suficientes para realizar maniobras de encubrimiento por el pantano libremente".

El testigo desaparecido del Caso Susqueda no compareció a la citación judicial del pasado julio y no ha sido posible localizarlo de ninguna manera. Las tres personas que compartían residencia con Veyrier afirman que ya no son amigos y que no tienen ninguna forma de contactar con él. El juzgado instructor acordó hacer llegar el aviso, en forma de comisión rogatoria, a las autoridades francesas a fin de que el hombre responda a los requerimientos de la defensa de Magentí.