El Banc Expropiat se ha negado a negociar con el Distrito de Gràcia, que hoy se ha ofrecido a hacer de mediador para solucionar el conflicto a raíz del desalojo. Los activistas son claros: "Es muy simple: la única solución al conflicto que han abierto es que nos dejen volver" a "entrar". En un comunicado exponen que su demanda "es clara, queremos volver a abrir el Banc Expropiat allí donde está. Frente a este objetivo no podemos negociar nada".

Varios tuits y un comunicado dan respuesta a los intentos de negociación del Ajuntament de Barcelona con el colectivo para acabar con los incidentes de esta semana en el barrio de Gràcia. "El conflicto en las calles por el Banc Expropiat ha empezado en el momento de desalojarnos, y se acabará cuando podamos volver a entrar. No tenemos nada que negociar porque no aspiramos a nada más que a reabrir el Banc Expropiat en el mismo sitio donde siempre ha estado; si quieren negociar que lo hagan entre ellos, Generalitat, Ajuntament y Bravo Solano, no es nuestro asunto. No queremos otro espacio, queremos éste, donde está, con sus vecinas. El Banc es nuestro porque lo hemos construido segundo a segundo con todas las personas que han ido pasando y que lo han hecho vibrar con centenares de experiencias diferentes; el Banc es nuestro y lo defenderemos hasta el final", dicen.

Pero el Banc Expropiat no tiene ninguna intención de buscar ninguna otra solución que no sea volver al local. Quieren seguir haciendo la tarea social que hacían y la quieren seguir haciendo en el local de la entidad financiera que han estado ocupando desde el 2011. En el comunicado hecho público a través de las redes dejan claro que volverán a intentar entrar en el banco.

Por primera vez se enfrentan públicamente al gobierno de Ada Colau y se desmarcan: "Barcelona en Comú no es ni será representante de las que estos días estamos aquí, primero porque nosotros no tenemos representantes —y al mismo tiempo tampoco aspiramos a representar a nadie más que nosotras mismas—, y segundo porque su opción institucional no es ni será la nuestra". Y replican los argumentos municipales: "Digan lo que digan desde el Ajuntament eso no es un conflicto entre privados, es un conflicto entre dos formas de vida: las que queremos una vida en común y relacionarnos mediante redes de apoyo mutuo tejidas entre iguales y aquellos que lo que defienden es la propiedad privada —independientemente del uso que se haga— y la supremacía de unos sobre los otros". 

Cargan también contra el contrato firmado por el anterior gobierno de CiU y contra el hecho de que los partidos lo hayan situado en medio de la disputa política el Banc Expropiat: "Nos negamos a servir de excusa para que los diferentes partidos políticos se lancen dardos electoralistas vertiendo mentiras sobre nosotros. Nunca hemos negociado con nadie, independientemente de las falsedades que extienden los políticos: quien firmó un contrato para mantener la paz social —CiU— pagó más de 65.000 € de un fondo sin justificar al conocido especulador Manuel Bravo Solano, cantidad que casi cubre lo que este pagó a su día por el espacio".

El Ajuntament ve como salida que los vecinos del barrio hagan de mediadores y admiten que no se está intentando mediar directamente con el Banc Expropiat. Fuentes vinculadas al movimiento activista, también explican que no hay negociación por parte de ningún miembro del consistorio. 

Jornada festiva y tensa espera

Hoy empiezan tres días de movilizaciones reivindicativas y festivas en Gràcia. Al menos eso es lo que está previsto oficialmente: Meriendas, comidas, talleres y una movilización domingo al mediodía. Fuera de programa y cuando se haga oscuro no está claro que no vuelva a haber movilizaciones espontáneas que vuelvan a originar disturbios. La sentencia del caso Ester Quintana, que ha absuelto a los dos mossos acusados de hacerle perder un ojo, ha encendido los ánimos en medio de uno días complicados, sin negociación y con la insistencia del Banc Expropiat de volver al local ocupado en 2011. 

Se habían anunciado seis días de movilizaciones. Esta noche es la quinta. El plazo acaba mañana sábado, con plena disponibilidad de las columnas de diferentes barrios y otros municipios para participar en la reivindicación. Los bares y restaurantes del barrio ayer ya entreveían jarana la noche del sábado para cerrar una semana de persiana bajada para evitar desperfectos y de hacer poco negocio.