A uno y siete años de cárcel por intentar captar a colaboradores empleando mezquitas. Estas son las penas a las que se enfrentan este lunes cinco personas acusadas de pertenecer a una estructura yihadista en la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. 

El grupo integrado por cuatro personas de nacionalidad marroquí y una mexicana intentaba captar adeptos entre los musulmanes residentes en las localidades madrileñas de Pinto y Ciempozuelos para cometer atentados terroristas.

El Ministerio Fiscal pide siete años de cárcel para Aziz Zaghanane y Hicham Jdey por delito de colaboración con organización terrorista, tres años para Annas Balla y Mouhssen Balla por autoadoctrinamiento, y un año y seis meses de cárcel por enaltecimiento para Ana Marilu Reyna.

Según su escrito de acusación, se trata de una estructura perfectamente jerarquizada que había asumido los idearios del Estado Islámico y que su fin era crear un grupo entre la comunidad musulmana para adoctrinarle en la causa salafista radical. En la cúspide de esta red se encuentra Zaghanane, quien llegó a lograr la condición de 'Sheik'.

Uso de las redes sociales

El líder llegó incluso a prohibir donar sangre a los musulmanes de Pinto aduciendo que esa sangre podía ir destinada "a salvar vidas de infieles". Igualmente publicó en sus cuentas de redes sociales cantidad de imágenes, comentarios y vídeos (algunos de ellos editados por él mismo) ensalzando el Estado Islámico e incitando a la yihad masculina y femenina.

Aziz ejercía un "permanente control" sobre Hicham, con el que puso en marcha la labor de captación, creando para ello un whatsapp denominado 'Musulmanes de Pinto'. Hicham incluso llegó a tener en su poder las llaves de la mezquita, disponiendo del uso de las instalaciones para lograr la cohesión del grupo y poder realizar los entrenamientos físicos con el fin de prepararse para la acción terrorista.

Fue de esta forma como consiguieron embelesar a los también acusados Anas Balla y Moussen Balla, quienes comenzaron un proceso de adoctrinamiento pasivo principalmente a través de las redes sociales. En sus respectivos perfiles interactuaban con otros radicales en zona de conflictos y compartían abundante material violento.

Actuar en Madrid

Así, en las publicaciones de Annas se observan comentarios a favor del Daesh y de su amigo Said Al Hsaini, que murió haciendo la yihad en Siria. Moussen, por su parte, también compartió vídeos tales como masacres donde aparecían cadáveres desmembrados o un recital de un líder del Islam que prohibía la música tildando a una famosa cantante árabe de prostituta.

El fiscal precisa en su escrito que Moussen llegó incluso a gestionar la adquisición de fondos de la mezquita de Ciempozuelos, de la que tiene la custodia, mientras que de la quinta y última acusada argumenta que desde el año 2010 "ha tenido como única preocupación encontrar un marido musulmán".

El fiscal acuerda para todos ellos, a excepción de Aziz Zaghanane, que una vez cumplidas las dos terceras partes de la pena, se les sustituya el resto por la expulsión del territorio español con prohibición de regresar a España.