Arrels Fundació atendió el año 2020 a un total de 2.628 personas, un 39% más que en el 2018. De estas, 1.170 personas eran atendidas por la entidad por primera vez, y el 88% eran hombres. Se visitaron habitualmente 681 personas que viven en la calle, un 26% que el año anterior.

En concreto, se hicieron 6.530 visitas y se visitaron 450 personas más desde las rutas de emergencia durante el confinamiento estricto. La entidad ha garantizado el alojamiento a 235 personas, 20 personas han empezado a vivir en un piso, se han visitado un 22% más personas que viven en el raso, han creado rutas de emergencia y ha asesorado centenares de personas que se han quedado sin casa.

Con respecto a servicios, 2.139 personas han utilizado el centro abierto, cifra similar al 2019 a pesar de las restricciones de capacidad por la covid. Casi 500 personas han utilizado el servicio de duchas y 1.379 personas han utilizado los roperos. Más de 450 personas han guardado su bolsade manera estable, ya que el Ayuntamiento no tiene un servicio público de consigna para los sin hogar.

5 millones de euros en ingresos

La Fundació, de los poco más de 5 millones de euros de ingresos, se han gastado 4,5, ya que a finales de año se recibió una subvención imprevista. El 53% se destinó a alojamiento y apoyo social, el 18% a primera acogida, servicios básicos y equipos de calle, el 12% en estructura y voluntariado, el 9% a sensibilización e incidencia política, el 5% en talleres ocupacionales y el 3% a proyectos y materiales contra la covid.

El 28% de los ingresos proceden del Ayuntamiento de Barcelona y el 14% de la Generalitat. El resto procede de cuotas de socios, donativos puntuales, empresas, fundaciones, legados y donaciones en especias. En las calles de Barcelona duermen cerca de 1.240 personas, mientras que hay unas 4.700 sin hogar.

Un trabajo clave durante la pandemia

La Fundació Arrels es una entidad que trabaja desde 1987 atendiendo y orientando a personas que viven en las calles de Barcelona. Actualmente hay unos 400 voluntarios que dedican, como mínimo, una mañana o una tarde a la semana a colaborar en los diferentes servicios y departamentos de la entidad.

En este sentido, en noviembre del año pasado 750 voluntarios salieron a las calles de Barcelona para acercarse a la realidad de las personas que duermen en la calle en plena pandemia de coronavirus. Además, también proporcionan servicios útiles, alojamiento y atención social y sanitaria para cubrir las necesidades básicas de las personas más vulnerables.