El aeropuerto del Prat anticipa un verano complicado a consecuencia de la masificación del tráfico aéreo post covid y la "poca preparación" de las empresas del sector para recuperar al 100% de los empleados antes de la temporada alta. El responsable del sector aéreo de UGT, José Ramírez, ha advertido que la situación es mejor que la de otros como Amsterdam, Frankfurt o Londres, aunque asegura que "las plantillas empezamos a sufrir mucho y no hemos llegado al verano". Los sindicatos denuncian "falta de personal generalizada", desde el handling hasta los controles, donde la policía española enfrenta un aumento de gestiones de pasaportes por el Brexit. A su vez, las compañías aéreas anticipan retrasos en un verano programado "a máxima capacidad" pero con menos plantilla.

Esta situación de caos ya se ha podido ver durante las últimas semanas en varios aeropuertos europeos que han vivido jornadas de cancelaciones masivas y retrasos constantes por falta de personal después de los despidos masivos de empleados fijos. Aunque la situación sea peor en otros aeródromos, "nos encontramos con un efecto boomerang que nos devuelve el problema en Barcelona", dice Ramírez. En los aeropuertos catalanes, los ERTE han protegido las plantillas fijas y la problemática se centra en recuperar a los empleados temporales, que hace dos años representaban la mitad del total. Una semana antes del inicio del verano, los empleados del sector han denunciado que el crecimiento de la demanda de vuelos tanto de viajes como de negocios "ha cogido el sector por sorpresa y poco preparado". "La industria ya preveía que en el 2022 empezaríamos a salir de la pandemia, pero no tan pronto", ha asegurado Javier Fernández-Picazo, secretario del sindicato de pilotos Sepla, que puntualiza que la recuperación de los niveles del 2019 se materializará en el 2024.

Falta de personal

Empresas como Ryanair han empezado a manifestarse en contra de esta situación, ya que también denuncian, que están "cortos de personal" y se encuentran con dificultades para cubrir vacantes, dejando medio vacíos los cursos de formación del personal, explica la secretaría general de la sección sindical de USO a la compañía irlandesa, Lidia Arasanz. La respuesta de la compañía ante esta problemática ha sido convocar una huelga para finales de junio y primeros días de julio. La huelga convocada por el sindicato de tripulantes de Ryanair, USO y Sitcpla, de momento, será de 6 días de 24 horas: los días 24, 25, 26 y 30 de junio, y los días 1 y 2 de julio. Estamos haciendo muchas horas, se nos pide que trabajemos en días festivos. (..) Hacemos jornadas muy intensas y muy duras, hay días con 12 horas de trabajo y 4 saltos diarios", detalla Arasanz. La petición principal de los trabajadores por el paro, sin embargo, es que la empresa reanude las negociaciones del convenio para los tripulantes de cabina y cumpla las sentencias judiciales para mejorar las condiciones laborales.

En el caso de los pilotos, también se ha detectado un descenso de trabajadores, aunque más pequeño que en otros trabajos del sector como las del handling. Las jubilaciones no se han cubierto porque "la industria es muy prudente a la hora de hacer contrataciones en medio de una crisis económica con precios altos de combustible", asegura el representante de Sepla. Así pues, las empresas "están programando a máxima capacidad con menos aviones y tripulación de reserva que en el 2019", resume Fernández-Picazo, hecho que tensa mucho más la operativa por|para el conflicto del tráfico aéreo o meteorología adversa.

Falta de previsión

No solo las compañías aéreas encaran la temporada alta con un gran volumen de trabajo, sino que este problema también se está viviendo entre los cuerpos policiales, que se han encontrado con menos efectivos de los necesarios para controlar los pasaportes de los pasajeros de fuera del espacio Schengen, donde recientemente se ha añadido una de las masas de turistas que más pasa por el Prat, los británicos, con motivo del 'Brexit'. Las colas que ya se han vivido en estos controles han provocado críticas de los sectores económicos vinculados al turismo, que han reclamado el Estado que actúe y refuerce los filtros. "No entendemos cómo se han producido las situaciones que se han producido las últimas semanas. Ha habido un tema de falta de previsión", ha explicado la directora del gabinete de estudios en infraestructuras de la Cambra de Barcelona, Alícia Casart.

Según la Cambra, en estos momentos la actividad aérea equivale a la que estaba enero del 2019, de manera que todavía hay bastante margen de aumento a medida que se acerquen las semanas centrales del verano. "Podría producirse una situación de colapso si no se dimensionan los efectivos de forma apropiada a la demanda que se puede prever que llegue", alerta. Asimismo, lamenta que a diferencia de otros problemas relacionados con el tráfico aéreo, como las huelgas o los contratiempos meteorológicos, los controles son una variable que sí que se podía anticipar desde las administraciones, y no se ha hecho.