Indignación por la expulsión de una veintena de alumnos de 5.º y 6.º de primaria de una escuela de la Llacuna, en Anoia, de un tren de la Renfe. 22 escolares, de entre 10 y 11 años de la Escuela Vilademàger, fueron expulsados de un tren de Renfe que viajaba en dirección a León por el interventor del tren. Los alumnos, que iban a pasar las colonias en León, salieron de la estación de Sants a primera hora de la mañana para hacer un trayecto que duraba 8 horas. Según han explicado los maestros y las familias de los alumnos en TV3, a medio camino, y por sorpresa, al revisor del tren, un convoy de Larga Distancia de Renfe los echó alegando mal comportamiento. El revisor los obligó a bajar del tren a Palencia porque hacían demasiado ruido, daban golpes y se inclinaban la mascarilla.

Actitud desmesurada del supervisor

Los padres de los alumnos, en declaraciones en TV3, se quejan de que solo les llamaron la atención una vez antes de expulsarlos. "Tuvieron un aviso, y al cabo de una hora y media, cuando llegaron a Palencia, los estaban esperando, agentes de la policía local, sin que los profesores lo supieran", ha detallado la madre de una de las alumnas expulsadas, que afirma que los menores jugaban a juegos de mesa cuando los avisaron de que los expulsaban del tren. La madre de otra de las alumnas de la escuela defensa que "son niños de 10 y 11 años y no creo que hayan hecho nada tan grande como para tomar esta medida. Aparte, el impacto que crea en los chiquillos, salir de un vagón y encontrarse a la policía sin saber qué han hecho".

Por otra parte, desde la escuela les parece inverosímil que el incidente haya llegado tan lejos, "nos sorprende la actitud desmesurada de la decisión del supervisor, de hacerles bajar, porque conocemos a nuestros alumnos. ¿Qué han hecho para que los expulsen de un tren"?, se pregunta Alba Saumell Arroya, directora de la escuela. La secretaria de la escuela y tutora del grupo, en declaraciones en la televisión catalana, ha defendido "son niños y niñas de pueblo, supersanos, muy bien, son activos, como todos los niños, pero no nos podemos llegar a imaginar que hayan podido hacer alguna cosa mala", afirma.

Los niños y los dos monitores que los acompañaban quedaron custodiados durante más de dos horas a la estación de Palencia por la policía estatal y el subdelegado del Gobierno en Palencia, aunque, tres horas más tarde de ser expulsados del tren, Renfe les proporcionó un autocar para que pudieran llegar hasta León, en una hora y media más, por carretera. Tanto los padres como la dirección de la escuela quieren presentar una denuncia contra la empresa ferroviaria.

Renfe abre una investigación interna

Renfe ha abierto una investigación interna para aclarar la expulsión de los 22 escolares de la Llacuna. Renfe asegura que es la primera vez que toma una medida de estas características y la califica de "absolutamente excepcional". Según la ferroviaria, el interventor tomó la decisión "ante las quejas de los viajeros a lo largo del trayecto por el ruido y el comportamiento de los menores, el interventor del tren, haciendo uso de sus facultades, decidió hacer bajar el grupo a la estación de Palencia. La empresa se movilizó para habilitar desde allí un autocar exclusivo para todos ellos".

"Tenemos que tratar este tema con mucho cuidado. Hemos abierto una investigación para revisar los protocolos de actuación ante este tipo de situaciones", ha indicado Antonio Carmona, portavoz de Renfe en Catalunya. Carmona ha añadido que los escolares en todo momento estuvieron acompañados a la estación de Palencia por personal de Renfe, de la policía, incluso el subdelegado del gobierno en Palencia.