Las mujeres que se encuentran en la etapa de lactancia pueden estar tranquilas en lo que respecta a la presencia de la vacuna de ARN mensajero en la leche materna, una de las grandes cuestiones que se han planteado en estos últimos meses. Según un pequeño estudio realizado por Universidad de California, en San Francisco, existe evidencia preliminar de que el ARNm de la vacuna no se transfiere al bebé.

El estudio que analizó la leche materna de siete mujeres después de recibir las vacunas de ARNm y no encontró rastros de la vacuna, ofrece los primeros datos directos de la seguridad de la vacuna durante la lactancia y podría disipar las preocupaciones entre las que han rechazado la vacunación o han interrumpido la lactancia debido a preocupación de que la vacunación pueda alterar la leche materna. El artículo ha sido publicado en la revista JAMA Pediatrics.

La investigación ha demostrado que las vacunas con ARNm inhiben la transmisión del virus que causa la Covid-19. El estudio analizó las vacunas Pfizer y Moderna, que son las que contienen ARNm.

En este sentido, la Organización Mundial de la Salud ya ha recomendado que las personas que amamantan se vacunen, puesto que hay poco riesgo de que las nanopartículas o el ARNm de la vacuna ingresen al tejido mamario o se transfieran a la leche, lo que teóricamente podría afectar la inmunidad infantil.

Frasco de vacuna“Los resultados refuerzan las recomendaciones actuales de que las vacunas de ARNm son seguras durante la lactancia y que las personas lactantes que reciben la vacuna COVID no deben dejar de amamantar”, asegura la autora del estudio, Stephanie L. Gaw, profesora de Medicina Materno-Fetal en la UCSF. “No detectamos el ARNm asociado a la vacuna en ninguna de las muestras de leche analizadas”, aseguran los expertos.

El estudio se llevó a cabo entre diciembre de 2020 y febrero de 2021. La edad media de las madres fue de 37,8 años y sus hijos tenían edades comprendidas entre un mes y tres años. Se recogieron muestras de leche antes de la vacunación y en varios momentos hasta 48 horas después de la vacunación.

Los investigadores encontraron que ninguna de las muestras mostraba niveles detectables de ARNm de la vacuna en ningún componente de la leche.

Eso sí, según los autores, el estudio estaba limitado por el pequeño tamaño de la muestra por lo que será necesario tener más datos clínicos de poblaciones más grandes para estimar mejor el efecto de las vacunas en los resultados de la lactancia.