El neuroma de Morton es la dolencia que sufre la reina Letizia y que la obligó a estar sentada en un reciente acto oficial, una recepción durante la visita de Estado a los Países Bajos con el rey Felipe VI. Esta patología, conocida también como metatarsalgia de Morton o neuroma interdigital, es la inflamación del nervio que se encuentra entre los huesos metatarsianos del tercero y cuarto dedo del pie. Este nervio proporciona sensibilidad a los dedos del pie y cuando estos están muy juntos, comprimen el nervio, la membrana que lo recubre se inflama y produce mucho dolor en la planta del pie. En el caso de la reina, este neuroma está localizado en el pie izquierdo, y lo sufre desde hace años, lo que le produce muchas molestias cuando apoya el pie, porque el dolor empieza en la zona de apoyo de la planta, en la base de los pies, y se irradia hacia los dedos. La persona que lo sufre también puede sentir otros síntomas, como entumecimiento u hormigueo en los dedos del pie.

Letizia, asegura durante el besamanos (EFE)
La reina Letizia, asegura durante el besamanos (EFE)

Una dolencia que arrastra desde hace años

La enfermedad no es nueva. De hecho, según explica Vanitatis, la reina desveló, el 12 de octubre del 2022, a un grupo de periodistas, que sufre un neuroma de Morton y metatarsalgia crónica desde hace años en su pie izquierdo. Esta patología, mayoritariamente desconocida excepto para los que la sufren, se hizo viral a raíz de  a la imagen impactante de la reina sentada durante el besamanos que precedió la cena de gala que ofrecieron los reyes Guillermo i Máxima de los Países Bajos. ¿Qué es lo que tenía la reina? Pronto, el neuroma de Morton, que también se conoce de manera coloquial como "la ciática del pie", se convirtió en una enfermedad de moda. Curiosamente, esta patología tiene una relación directa con la realeza, dado que fue descrito por primera vez en 1845 por el doctor Durlacher, podólogo de la reina de Inglaterra, pero fue en el año 1876 cuando fue estudiada por el cirujano norteamericano Thomas G. Morton, que amplió la descripción clínica y dio nombre a la enfermedad.

De hecho, las especulaciones apuntan al hecho de que la causa de que la reina sufra esta afectación pueden ser los talones altos que habitualmente utiliza. Pero problema no está tanto en la altura de los tacones, como qué este tipo de calzado es muy estrecho en la punta de los dedos, lo que favorece la compresión, y que el pie cargue el peso en esta zona cuando se camina. Utilizar un calzado demasiado estrecho es lo que favorece que puedan aparecer los neuromas de Morton o la metatarsalgia, o que se puedan agravar sus síntomas. La altura del calzado también influye, porque lo que provoca es que el peso del pie cargue más en la zona metatarsiana y favorezca la compresión de los dedos y de los nervios, creándose esta fibrosis o engrosamiento del nervio metatarsiano que pasa entre el medio de los dedos y que causa el dolor. Permanecer de pies mucho rato agudiza el dolor todavía más.

De hecho, la reina ha ido rebajando la altura de los talones de sus zapatos con el tiempo. Los zapatos han sido un signo de distinción de la reina y puso de moda los letizios, unos zapatos con tacones de unos 10 o 12 centímetros con ligera plataforma y pequeña abertura en la parte delantera. Cuando se hizo público que la reina Letizia sufría del neuroma de Morton, se hizo más evidente que la altura de los tacones iba disminuyendo, e incluso ya se lo ha visto con unos zapatos anchos de sola más gruesa.

¿Cómo se trata?

El neuroma de Morton no tiene un fácil tratamiento. En un principio se intenta solucionar con un tratamiento conservador que consiste en la modificación del tipo de calzado del paciente, utilizando zapatos anchos de la parte de los dedos y más blando en la suela. También se pueden aliviar las molestias con plantillas especiales, con masajes, utilización de radiofrecuencia y ondas de choque, infiltraciones con corticoides, terapia láser y otras vías que tienen un efecto analgésico. Si todo eso no funciona, como último recurso se puede recurrir a la intervención quirúrgica, que presenta varias técnicas, dependiendo del tamaño del neuroma y de la localización de la fibrosis del nervio, pero según los expertos, la más recomendable es la neurolisis del nervio intermetatarsiano. La cirugía es poco agresiva y realiza a través de una incisión dorsal. El paciente puede caminar el mismo día con un zapato especial ortopédico y podrá hacer vida normal al cabo de tres semanas.