Un equipo de especialistas de la Clínica Universidad de Navarra (CUN) ha implantado con éxito, por primera vez en España, un corazón artificial total, que sustituye al corazón original. El paciente, Óscar L.E., de 47 años, vecino de una localidad navarra, padecía una miocardiopatía dilatada grave con fallo de la función de ambos ventrículos.

"Parece un caballo latiendo con fuerza y no me molesta el ruido de la máquina, ya me he hecho", explica Óscar, que a partir de ahora controlará sus latidos con una consola que llevará en una mochila.

"Cuando empecé con los problemas era albañil. Tenía 28 años. De un día para otro vi que no podía levantar una piedra”, explica. Casi 20 años después, la vida de Óscar ha dado un giro de 180 grados gracias a la operación: “Me estoy recuperando bien. Cada día voy evolucionando, mejor carácter, ganas de hablar, de vivir”, señala. “¿Tenéis una caña?“, bromea con las enfermeras.

Lista de espera

Debido a esta enfermedad, Óscar era evaluado de forma regular. En agosto de 2015 fue derivado a la Clínica Universidad de Navarra (CUN) con indicación para un trasplante cardiaco. El paciente llevaba más de un año en lista de espera debido a la dificultad de encontrar un donante adecuado.

Los especialistas de la CUN han detallado cómo la descompensación cardiaca que sufría Óscar intensificó la frecuencia de los ingresos hospitalarios. Tras su último ingreso -de más de un mes de duración-, y ante la escasa respuesta del paciente al tratamiento, decidieron implantarle un corazón artificial.

Actualmente, tras un mes en la UCI de ese centro y una semana en la Unidad de Cuidados Intermedios, el paciente lleva ya tres semanas hospitalizado en planta, donde se recupera "satisfactoriamente", según el parte médico. Dos meses después de la cirugía, Óscar pasea por el interior y exterior de la Clínica y en pocos días volverá a casa.

La cirugía

El pasado septiembre, el equipo de la Unidad de Insuficiencia Cardiaca del Complejo Hospitalario de Navarra y el de la CUN, determinaron la urgencia de implantar el nuevo dispositivo como puente a un trasplante cardiaco clásico.

"El mes anterior a la intervención, la gravedad del paciente había llegado al punto de que debía permanecer ingresado y conectado permanentemente a una bomba de perfusión continua, sin poder ir a casa", ha descrito el doctor Rábago. El pasado 21 de septiembre fue operado para implantarle el dispositivo cardíaco SynCardia. La cirugía se prolongó durante ocho horas y media, de 10 a 18.30.

Según el especialista, "ese empeoramiento progresivo de la salud del paciente no nos dejó otra opción". "Por ese motivo, decidimos implantarle el corazón artificial con la idea de detener ese deterioro y recuperar así su estado físico hasta la llegada de un trasplante cardiaco, ya sin la urgencia de permanecer en riesgo vital", ha detallado.

Aunque en Europa el corazón artificial sólo se permite como solución intermedia a un trasplante, en Estados Unidos ya se valora esta opción como terapia definitiva.

Sustitución total

El corazón artificial implantado sustituye la función completa del corazón, en concreto, de sus dos ventrículos. Se trata de un dispositivo pulsátil y neumático "utilizado como puente al trasplante, en aquellos pacientes que padecen una insuficiencia cardiaca biventricular en fase terminal, cuando ambos ventrículos ya no pueden bombear suficiente sangre para que el paciente pueda sobrevivir", explica Leticia Jimeno, una de las facultativas.

Hasta la fecha, los implantes de dispositivos artificiales realizados en España con éxito han correspondido realmente a dispositivos de asistencia ventricular izquierda (AVI), equipos que no sustituyen la función cardiaca como tal, sino que bombean y refuerzan en paralelo la labor del ventrículo izquierdo. En estos casos, no se extirpa el órgano cardiaco sino que el dispositivo ayuda al ventrículo nativo.

A diferencia de la AVI, en la actual intervención se produce una sustitución total del corazón por el nuevo dispositivo, que ocupa su lugar. El equipo consta de dos sistemas de impulsión neumáticos que realizan la función de ambos ventrículos, impulsando la sangre que entra por las aurículas hacia los pulmones y al resto del cuerpo. Del mismo modo que en un trasplante cardiaco, en este caso, los cirujanos deben mantener las estructuras naturales como son los grandes vasos (aorta y arteria pulmonar) y las dos aurículas.

Otra de las principales diferencias entre la asistencia ventricular izquierda y el corazón artificial es que este último genera pulso cardiaco, mientras que las AVI actuales no generan pulso, ya que se trata de un flujo continuo.

Puente para el trasplante

El paciente permanecerá ingresado hasta que los especialistas valoren que su estado de salud es favorable para regresar a su domicilio. En ese momento se trasladará con una consola portátil desde la que controlará el funcionamiento del dispositivo, alimentado por dos baterías.

Óscar podrá llevar una vida casi normal, siempre acompañado por la mochila en que lleva la consola. Durante el período de espera hasta que llegue un corazón adecuado, el dispositivo permitirá al paciente recuperarse y recobrar un estado de salud óptimo con el que afrontar el trasplante.

La cardióloga del Complejo Hospitalario de Navarra, Mayte Basurte, ha destacado la importancia del trabajo entre los dos grupos. "Se trata de una forma de colaboración satisfactoria y enriquecedora para ambos grupos, de la que el auténtico beneficiado es el paciente", ha dicho.

Este modo de trabajo, según Basurte, ha permitido una mejor selección de los pacientes, con unos índices de supervivencia excelentes. En los tres últimos años, se ha producido cuatro trasplantes cardiacos en 2014, seis en 2015 y diez en 2016, con una media de supervivencia superior al 95% de los trasplantados, el 100% este año 2016.