Tras prácticamente tres años con mascarilla en el transporte público, desde este miércoles esta ha dejado de ser obligatoria. Después de que ayer el Gobierno aprobara su retirada a propuesta del ministerio de Sanidad, ahora se ha publicado en el BOE: a partir de ahora, quien lleve mascarilla en el metro, autobús, avión u otros medios de transporte será porque así lo ha decidido, no porque sea obligatoria. Desde abril de 2022, la mascarilla solo era obligatoria en entornos sanitarios como un hospital o una farmacia y en el transporte público, sin embargo, en las últimas semanas se ha ido reduciendo el uso que hacían sus usuarios y muchos han dejado de ir con la boca y la nariz tapada en esta última fase de la pandemia. Si bien en el autobús su uso era más común, sobre todo por la figura del conductor, en otros medios de transporte como el tren o el metro en algunas horas era prácticamente residual, aunque en los vagones ha habido recordatorios de la importancia de la mascarilla para evitar el contagio y también se ha ido repitiendo el mismo lema en cada estación en catalán, castellano e inglés.

Aunque la decisión del ministerio de Sanidad ha llegado ahora, la ministra Carolina Darias anunció la fecha del final de las mascarillas en el transporte público a finales de enero, ya hacía meses que era algo que se reclamaba desde diferentes comunidades autónomas. Con todo, se había rechazado ante un posible rebrote de covid por las fiestas de Navidad o el temor a nuevas variantes. Estas no se han producido y hasta ahora no ha llegado el adiós a uno de los elementos más representativos de la pandemia del coronavirus: cuando estalló la alarma sanitaria no era obligatoria, no porque fuera innecesaria, sino porque no era suficiente para todo el mundo. Por eso empezaron a proliferar mascarillas alternativas, como de papel de horno o de tela. Al salir del confinamiento, el Gobierno decretó su obligatoriedad en el transporte público, vigente hasta hoy, y después también en los espacios exteriores si no se podía mantener la distancia de seguridad de dos meses entre personas. A medida que ha ido evolucionando la covid, su obligatoriedad también lo ha hecho y ahora solo se tendrá que llevar en hospitales, centros sanitarios y farmacias.

¿A favor o en contra de retirar la mascarilla?

Por todo ello, el hecho de que las mascarillas dejen de ser obligatorias en el transporte público ha sido recibido con alegría por la mayoría de la población española. Según una encuesta, un 71% estaba a favor que se retirara cuando se anunció la medida. Entre los motivos que daban los encuestados a favor está la incongruencia que hasta hoy rodeaba la medida: si bien en algún momento los vagones del metro van llenos hasta arriba, hay otros que prácticamente están vacíos y aun así seguía siendo obligatoria. Mientras tanto, otros espacios, tanto o más concurridos, como podía ser una sala de conciertos o una fiesta, estaban exentos de esta medida. También destaca la cifra de personas que consideran que es positivo sacar la mascarilla porque amplía la sensación de vuelta a la normalidad, también al transporte público. Hasta ahora, lo único que nos recordaba a la pandemia era la mascarilla en estos espacios.

Por otra parte, aún hay quien cree que es importante mantenerla, ya que consideran que la incidencia de la covid-19 es todavía demasiado alta para prescindir de la mascarilla. También se fijan en la alta incidencia de otras enfermedades como la covid o los resfriados. Con todo, estas personas podrán seguir llevando la mascarilla, pues esta solo deja de ser una obligación.