Por muy inverosímil que pueda parecer, después que la Organización Mundial de la Salud calificara el coronavirus como pandemia y que causara la muerte de más de 5 millones de personas en todo el planeta, algunos todavía consideran que es una invención de los altos mandatarios con el fin de tener cierto control de la población. ¿Sin embargo, quién son todos estos que niegan la existencia del virus o que no creen en sus efectos debastadores en muchos casos para la salud?
Pues por más inverosímil que todavía pueda parecer, una de las redes de negacionistas que más se ha expandido por todo el mundo, es precisamente una organización de médicos que se ha unido para crear Médicos por la verdad, un conjunto de movimientos negacionistas integrados por profesionales sanitarios que se expanden por todas partes.
Imagen de la web donde se encuentran artículos que desmienten la existencia del coronavirus
Los representantes de la organización, consideran en un vídeo titulado The Big Reset (El gran reinicio) que la existencia del coronavirus es un supuesto plan intencionado de los poderes políticos y económicos, que pretende utilizar esta crisis para reinventar el mundo con la supresión de derechos y libertades. Son entrevistados Natalia Prego, Ángel Ruiz-Valdepeñas y María José Martínez Albarracín, las caras más conocidas de Médicos por la Verdad España, que ofrecen a su testimonio.
Médicos por la verdad conforma junto con otras entidades una red sin una estructura organizativa clara, convertida en un punto de desinformación constante en que confluyen diferentes portavoces, cada uno con una teoría propia, que a veces se contradicen entre sí. De esta forma, algunos niegan la existencia de la Covid-19 y la consideran una farsa, producto de esta conspiración internacional, que pretende el control de la sociedad con motivaciones económicas.
¿El coronavirus existe o no existe?
Dentro de las mismas organizaciones, hay quien admite la existencia de la enfermedad, aunque rechazan las medidas adoptadas para erradicarla, porque les parecen perjudiciales, en una concepción de la práctica de la medicina basada en pseudoterapias. Lo que todos comparten sin embargo, es la desconfianza hacia las instituciones oficiales, la clase política y los medios de comunicación, que acusan de manipular a los ciudadanos.
Desconfían de las instituciones, de la clase política y de los medios de comunicación
Ejemplo de la web del Departament de Salut (en fecha 8 de noviembre de 2021) donde los medios obtienen la información actualizada de los datos Covid-19
Juntos, generan una abundante cantidad de mentiras, que resultan especialmente peligrosas para su capacidad de crear confusión sobre cuestiones de salud pública y su influencia en un número elevado de personas por todo el mundo, según apunta la agencia EFE.
Rechazo de la comunidad científica
La comunidad científica ha mostrado su claro rechazo a la actividad de estos colectivos, hecho que se ha puesto de manifiesto con pronunciamientos públicos, la abertura de expedientes disciplinarios y suspensiones. Verificadores internacionales han desmontado sus falacias demostrando la presencia del virus y sus efectos en la población.
De hecho, un mes después de la presentación de Médicos por la verdad España, el Foro de la Profesión Médica (FPME) que reúne los colegios oficiales, las asociaciones científicas y las académicas, así como los sindicatos que lo integran, censuraban la actitud de los negacionistas en un comunicado. En esta nota, el FPME cuestionaba el comportamiento de Médicos por la verdad por la posibilidad de que generara "alarma social", animara la "desobediencia civil" y pusiera en "grave peligro" la salud pública, en contra del código deontológico. Además, tildaba sus teorías de "pseudocientíficas". En la misma línea, el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), que forma parte del FPME, abría un expediente informativo a la asociación.
Pero ni estas actuaciones, ni los constantes desmentidos de los verificadores han detenido la actividad de Médicos por la verdad, que sigue propagando las mismas falsedades en medios de comunicación, redes sociales, grupos de Telegram e incluso en la calle, por medio de carteles o panfletos, aparte de organizar conferencias y manifestaciones para difundir su mensaje.