El director general del Ministerio de Sanidad israelí, Nachman Ash, ha aprobado hoy no administrar una cuarta dosis de la vacuna contra la covid-19 de forma generalizada sino hacerlo sólo a pacientes inmunodeprimidos. A la práctica es un porcentaje muy reducido de población y muy específico.

Hace semanas Israel anunció una campaña de vacunación masiva con la cuarta dosis pero inmediatamente la suspendió porque se reevaluó la medida, dado que la cepa ómicron parece menos peligrosa. Finalmente, Ash ha aprobado hoy iniciarla con este perfil bajo, a la espera de más informaciones sobre ómicron.

El ministerio de Sanidad acaba de poner en marcha un estudio clínico sobre un panel de 150 sanitarios del hospital de Sheba (el mayor de Israel) con el fin de determinar si es necesaria o no una cuarta vacuna para toda la población. Y los primeros resultados se esperan dentro de quince días. Por otra parte, nuevos estudios demuestran que las personas vacunadas que todavía contraen el virus consiguen niveles elevados de anticuerpos, que podrían proteger contra diferentes cepas de covid-19.

"La decisión que hemos tomado se basa en los primeros datos de una investigación que se está llevando a cabo sobre las preocupaciones para la salud de los más vulnerables de la población", ha declarado Ash en rueda de prensa.

El debate del contagio masivo

 

En paralelo ha aparecido entre los sanitarios israelíes el debate de si es tan necesario tomar medidas duras contra la ómicron, o puede conducir a la inmunidad de rebaño. Para el profesor Eran Segal, biólogo informático del Instituto Weizmann, "el gran número de personas infectadas con ómicron, que está previsto en Israel y en todo el mundo, puede aumentar significativamente el nivel de inmunidad de la población general, y ayudar a erradicar la delta y algunas otras variantes".

Este artículo del Jerusalem Post apuntaba ayer esta teoría, hablando con varios expertos sanitarios, y destapó la discusión. "La ola ómicron sólo se acabará cuando la masa se contagie", se titulaba.

Llegan las pastillas

 

Mientras tanto, hoy Israel ha recibido la primera remesa de las pastillas Paxlovid, el primer medicamento de uso doméstico de la farmacéutica Pfizer para tratar la covid-19, que confía que ayude a contener la quinta ola de coronavirus. El gobierno israelí apuesta por mantener la actual estrategia -sustentada en pruebas con tests, vacunas y medicamentos- para combatir la variante ómicron y ha definido la entrega de fármacos como "un añadido importante para la caja de herramientas en la lucha contra la pandemia".

La ratio de infección -la media de personas que infecta cada portador del virus- ha llegado hoy al 1,63% y el índice de positividad al 3,8%, el mayor desde octubre.

Israel, que fue pionero en la campaña de vacunación, tiene hoy un 62% de la población inoculada con al menos dos dosis de Pfizer y casi un 45% con tres dosis. Los más reticentes a vacunarse son los judíos ortodoxos y los árabes israelíes.

El foco de la campaña para contener la ola de la variante ómicron son ahora los niños de entre 5 y 11 años, que registran cifras de inoculación muy bajas.