El cáncer de ovario se encuentra entre los cinco tipos de cáncer con mayor tasa de mortalidad de las mujeres y es la primera causa de muerte en cáncer ginecológico debido a que habitualmente se diagnostica en estadios avanzados. Uno de los factores de riesgo es la herencia de genes mutados como el BCRA1 y 2 y la historia familiar. Aunque algunas veces el cáncer de ovario puede aparecer en más de un miembro de la familia, sin que esto tenga que ver con factores hereditarios conocidos.

No existe una sintomatología específica para reconocer esta patología, de ahí que se diagnostique de forma tardía en un sinfín de casos. Algunos de los síntomas más frecuentes pueden ser: dolor o molestias abdominales, sensación de plenitud, distensión abdominal y alteración del tránsito gastrointestinal. También puede darse una pérdida de apetito o de peso sin causa aparente.

En los últimos meses, se ha producido una gran revolución en el tratamiento gracias a los llamados Inhibidores PARP, unos fármacos utilizados principalmente para el tratamiento de mantenimiento de mujeres con una reaparición de cáncer de ovario avanzado, tras un primer tratamiento que vuelven a responder a platino (un tipo de medicamento de quimioterapia). Los últimos estudios muestran eficacia en casos recién diagnosticados.

Mujer

Con el objetivo de profundizar y dar a conocer el uso de este tratamiento, la Clínica Universidad de Navarra ha organizado por segunda vez este año una jornada científica dirigida a profesionales médicos. El evento tiene lugar durante dos días y cuenta con la presencia y participación del director del Cancer Center Universidad de Navarra y Codirector del Departamento de Oncología Médica, Antonio González y el director del Departamento de Ginecología y Obstetricia, Luis Chiva.

El objetivo principal del evento es profundizar en el conocimiento de los estudios, el manejo de los fármacos y las alternativas, y sobre todo trabajar con los asistentes cuál puede ser el esquema más adecuado en función de las características de las pacientes

“A raíz de los estudios que se publicaron en el año 2019 los inhibidores de PARP han pasado a formar parte del tratamiento estándar de la primera línea. En concreto, hay tres estudios que han revolucionado el tratamiento: el estudio SOLO-1, el estudio PAOLA-1 y el estudio PRIMA, abriendo además nuevas cuestiones sobre cómo seleccionar las pacientes para el tratamiento o cuál es el mejor esquema para según qué perfil”, indica el Dr. González.

El especialista asegura que: “A día de hoy, recomendamos que se haga un test en todas las pacientes con cáncer de ovario para conocer el estado de mutación de BRCA, por sus implicaciones en el asesoramiento de cáncer hereditario y en el tratamiento de las pacientes. Esta posibilidad ya está disponible en la mayoría de hospitales de nuestro país. La incorporación de los inhibidores de PARP supone una reducción del riesgo de recaída de las pacientes de entre un 40 y un 70%, dependiendo de su perfil molecular”.