Se trata de un paso adelante muy importante en la investigación contra la esquizofrenia y que podría suponer un antes y un después en la detección de este trastorno mental. Investigadores de FIDMAG Hermanas Hospitalarias y del área de Salud Mental del CIBER (CIBERSAM) han llevado a cabo un estudio multicéntrico a través de una red de hospitales en España en que han comprobado la fiabilidad de las huellas dactilares como marcador del riesgo de sufrir esta enfermedad. Tal como revelan los resultados de esta investigación, que se ha publicado en la prestigiosa revista científica Schizophrenia Bulletin y han presentado este martes en Barcelona, mediante el uso de algoritmos avanzados de inteligencia artificial, se puede llegar a un 70% de fiabilidad a la hora de discernir entre las huellas de las personas que sufren esquizofrenia y las que están sanas. Así, el hecho de utilizar las huellas como marcador de riesgo se convierte en una herramienta fácil y fiable, tanto para detectar la esquizofrenia de manera instantánea como para determinar su futura aparición.

Hay que tener en cuenta que se trata de patrones dermatoglíficos. Eso significa que una vez se han formado se mantienen estables durante toda la vida de una persona. "La población diana para hacer esta prueba estaría formada por personas que empiezan a tener síntomas o llegan en urgencias con un primer episodio psicótico y, por el otro, personas con riesgo genético significativo", detalla al investigador principal de este estudio, Raymon Salvador. Sin embargo... ¿Cómo se puede comprobar? La metodología consiste en escanear los dedos de los pacientes. Durante las pruebas, el modelo que utilizó al mismo tiempo imágenes de los dedos pulgar, índice y corazón de la mano izquierda es el  que obtuvo una precisión más elevada, que llegó al 70%. Una vez se ha hecho el escáner, se lleva a cabo un procesamiento de las imágenes que se han obtenido en través del algoritmo porque estas determinen si hay riesgo de sufrir la enfermedad analizando patrones de alta complejidad.

La detección temprana, clave

Esta detección temprana de la enfermedad resulta imprescindible, ya que ayuda a conseguir un mejor pronóstico y evolución de la enfermedad, mientras que la predicción temprana del riesgo antes de que la enfermedad se llegue a desarrollar también es clave para un buen pronóstico. "El diagnóstico definitivo de la esquizofrenia requiere, como mínimo, seis meses y a menudo sus síntomas se confunden con las otras enfermedades de salud mental, como podría ser un trastorno bipolar," señala Salvador, al investigador de FIDMAG Hermanas Hospitalàries y del CIBERSAM. "Por esto es tan importante este hallazgo, ya que permitirá orientar el tratamiento de manera precoz". Si la hipótesis principal sobre el origen de la esquizofrenia apunta a alteraciones de origen genético y ambiental producidas durante el desarrollo prenatal o durante los primeros años de vida, las huellas dactilares se consideran un marcador del neurodesarrollo temprano por el hecho de tener un origen embrionario común con el sistema nervioso central, desarrollándose conjuntamente durante la gestación.

No es la primera vez que un estudio apunta a estas alteraciones en los patrones de las huellas en pacientes con esquizofrenia. El problema es que estos utilizaban muestras pequeñas y estaban basadas en el análisis de aspectos muy concretos de los dedos, sin tener en cuenta buena parte de la información que almacenan. Ahora, los últimos avances en inteligencia artificial, especialmente lo que se conoce como aprendizaje profundo, han permitido analizar los patrones dactilares con toda su complejidad.