Con la llegada del frío comienzan a crecer los casos de gripe en la población, sobre todo este año que han comenzado a levantarse las restricciones respecto a los dos últimos años. En principio, a no ser que se produzcan complicaciones, el hecho de contagiarse no implica ningún problema de salud importante, o al menos eso se pensaba. Porque una nueva revisión de estudios publicada en la revista Journal of the American Heart Association ha concluido que contraer la gripe puede aumentar sustancialmente el riesgo de un evento cardíaco grave.

La gripe puede provocar síntomas respiratorios importantes como neumonía, bronquitis o una infección bacteriana de los pulmones. Pero los efectos del virus en el corazón han sido más difíciles de analizar, en parte porque muchos pacientes ya tienen una predisposición conocida a las patologías cardíacos y porque a veces el accidente cardiovascular a menudo ocurre semanas después del inicio de la gripe.

Trancazo

Sin embargo, en la revisión se concluye que las muertes cardiovasculares y las epidemias de gripe aumentan casi al mismo tiempo. Además, los pacientes tienen seis veces más probabilidades de sufrir un ataque cardíaco la semana posterior a la infección por el virus de la gripe que en cualquier momento durante el año anterior o el año posterior a la infección. En un estudio de la revisión, que analizó 336.000 ingresos hospitalarios por gripe, el 11,5% experimentó un episodio cardíaco grave.

Otro estudio que examinó 90.000 infecciones por gripe confirmadas en laboratorio mostró una tasa sorprendentemente similar del 11,7% que experimentó un evento cardiovascular agudo.

La razón por la que la gripe estresa tanto al corazón y al sistema vascular tiene que ver con la respuesta inflamatoria del cuerpo a la infección. La inflamación ocurre cuando los glóbulos blancos se unen para hacer frente a una infección, bacteria o virus. Cuando alguien está enfermo, normalmente se producen fenómenos como respuesta inmunitaria, tales como la hinchazón, la sensibilidad, el dolor, la debilidad y, a veces, enrojecimiento y aumento de la temperatura de las articulaciones, los músculos y los ganglios linfáticos.

El aumento de la actividad también puede causar un aumento de coágulos de sangre, la presión arterial elevada e incluso hinchazón o cicatrices dentro del corazón. Los factores estresantes adicionales hacen que la placa dentro de las arterias sea más vulnerable a la ruptura, lo que provoca un bloqueo que corta el oxígeno al corazón o al cerebro y provoca ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares, respectivamente.

Además, las complicaciones no cardíacas de la enfermedad viral, incluida la neumonía y la insuficiencia respiratoria, pueden empeorar los síntomas de insuficiencia cardíaca o la arritmia cardíaca.

Por último resaltar que la vacunación se asoció con un menor riesgo de eventos cardiovasculares (2,9% frente a 4,7%) si el paciente contraía la gripe. Entre los pacientes de mayor riesgo con enfermedad coronaria más activa, la vacunación se asoció con resultados considerablemente mejores.