Administrar zinc a pacientes con niveles bajos de Covid puede ser una estrategia para reducir la mortalidad y el tiempo de recuperación. Esta es la conclusión a que han llegado médicos e investigadores del Hospital del Mar, del Institut Hospital del Mar d'Investigacions Mèdiques y de la Universitat Pompeu Fabra. El estudio, publicado en la revista Nutrients, ha demostrado que los pacientes infectados por SARS-CoV-2 con niveles más bajos de zinc en sangre sufren una mortalidad más alta y un tiempo de recuperación más largo. El trabajo ha analizado los niveles de zinc de 249 pacientes de 65 años por término medio tratados entre el 9 de marzo y el 1 abril. Según el estudio, el incremento de una unidad de zinc en el plasma sanguíneo está vinculado a la reducción de un 7% del riesgo de morir.

 

 

Uno de cada cuatro pacientes presentaba niveles bajos de zinc y era justo el grupo con síntomas más graves y niveles más elevados de inflamación. Además, 1 de cada 5 pacientes con niveles bajos de cinc murió. Su estancia hospitalaria fue también, por término medio, tres veces más larga que la de los pacientes con niveles más elevados de cinc (25 días y ocho, respectivamente).

Con respecto a la mortalidad, los niveles de zinc eran significativamente más elevados en los enfermos que sobrevivieron a la infección: 62 micras por decilitro enfrente de las 49 de los que murieron. En cambio, aquellos que presentaban niveles más elevados a la hora de admisión en el hospital sufrieron una mortalidad del 5%.

En paralelo, desde la UPF han estudiado el efecto de los niveles de zinc con la capacidad de expansión del virus, por medio de técnicas in vitro. Los resultados corroboran que el mal pronóstico en los pacientes con bajas concentraciones de zinc viene provocado tanto por el efecto que su falta provoca en el desequilibrio inmune como por el incremento de carga viral. En concreto, observaron que los niveles bajos de zinc promueven la expansión viral en las células infectadas.

Por eso, los resultados indican que hay que buscar un elemento que permita potenciar la actividad del zinc dentro de la célula para bloquear la replicación del virus. Eso después de que algunos estudios hayan concluido también que la cloroquina no hace esta función, como se había especulado al principio de la pandemia.

Piden iniciar ensayos clínicos y suplementar con zinc

El autor principal del estudio y médico del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital del Mar, Robert Güerri, explica que el zinc es un elemento esencial para el mantenimiento de una gran variedad de procesos biológicos y la alteración de sus niveles provoca un incremento de la susceptibilidad a infecciones y un incremento de la respuesta inflamatoria. Por eso, destaca que los niveles de este elemento y su suplementación "pueden ser herramientas útiles para afrontar la crisis de la Covid-19".

Güerri añade que se ha demostrado con el estudio cómo el zinc puede ser un predictor adicional de pronóstico en Covid-19, así como su potencialidad terapéutica. Por eso, proponen esta variable como un nuevo parámetro para predecir la evolución de los enfermos y piden iniciar ensayos clínicos sobre la suplementación con zinc de los pacientes ingresados con niveles bajos de este elemento. También apuestan por programas para suplementar los colectivos en riesgo de sufrir niveles bajos de zinc con el fin de reducir la afectación de la pandemia.

 

Imagen principal: Cribado masivo de residentes en la villa universitaria de la UAB / Efe