El Vaticano sugiere que las procesiones de Semana Santa se aplacen a los días 14 y 15 de septiembre. Las procesiones habían sido suspendidas por la crisis del Covid-19. En un comunicado, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos deja la decisión en manos de cada obispo, que puede trasladar el evento a otras fechas distintas al 14 y 15 de septiembre.

"Las expresiones de piedad popular y las procesiones que enriquecen los días de la Semana Santa y del Triduo Pascual, a juicio del Obispo diocesano podrán ser trasladadas a otros días convenientes, por ejemplo, el 14 y 15 de septiembre”, dice. El 14 de septiembre es la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz.

Como no pueden haber aglomeraciones, tampoco podrá celebrarse en público el Triduo Pascual. Los obispos y párrocos deberán informar de cómo seguirlo por televisión o internet, siempre ceremonias en directo, no grabadas. 

En los oficios del Jueves Santo se suspende el tradicional lavado de pies y la procesión con la Eucaristía. La ceremonia del Viernes Santo no tiene especiales cambios, pero se rezará especialmente por los enfermos y quienes han fallecido. En la Vigilia Pascual del Sábado Santo, se omitirá el encendido del fuego y no habrá bautizos de adultos.

Estos cambios son válidos sólo para el año 2020.

En otro decreto, la Penitenciaría Apostólica concede el “don de indulgencias especiales” a los fieles afectados por la enfermedad del Covid-19, a los trabajadores de la salud, a los familiares y a todos aquellos que, incluso con la oración, cuidan de ellos. También recuerda a los fieles la posibilidad de la absolución colectiva en este momento de emergencia sanitaria.