Ahora una Voll-Damm, después una Coronita, y finalmente rematarlo con una Asahi. Para cenar, juego de vinos. Primero un vaso de vino blanco del Priorat y después un Tempranillo de la Conca de Barberà. Si eres de estos, es posible que tengas el hígado destrozado o bien formes parte del 13% de personas que consume alcohol cada día.
Consumir alcohol es sabido que es un perjuicio para la salud. Es ampliamente conocido que este hábito puede ser un factor de riesgo para muchas enfermedades crónicas como la cirrosis hepática, enfermedades del sistema circulatorio o incluso varios cánceres. Ahora, según el estudio European health interview survey (EHIS) se ha sabido que España es el segundo país de la Unión Europea que bebe con más frecuencia.
"Según varios estudios, se denomina alcohorèxia a la conducta de restringir el consumo de alimentos con una alta aportación calórica para ingerir bebidas alcohólicas en exceso. Se puede englobar dentro de los trastornos de conducta alimentaria como la anorexia nerviosa o la bulimia nerviosa". Así explica la profesora del grado de Psicología y el Máster Universitario en Nutrición y Salud de la Universidad Internacional de Valencia, Fátima Servián Franco, lo que está considerado como 'nuevo' trastorno de conducta alimentaria (TCA) relacionado con el consumo de alcohol, también conocido con el nombre de ebriorexia o drunkorexia.
¿En qué consiste?
Se trata de un trastorno que se identifica, sobre todo, en chicas de entre 18 a 24 años que presentan una distorsión de la imagen corporal. En este sentido, la experta señala que "el patrón habitual de este desorden incluye tres dimensiones: consumo de alcohol, desorden alimentario y actividad física". La sintomatología que acostumbra a presentar, además de contar las calorías de los alimentos y bebidas ingeridas, "se basa en dejar de comer horas o días enteros antes de tomar alcohol e incrementar posteriormente la actividad física para quemar calorías. Los jóvenes con esta sintomatología intentan equilibrar la ingesta de alimentos para evitar incrementar su peso corporal", insiste Servián a través de un comunicado.
Eso, como es de esperar no es nada beneficioso para nuestro cuerpo. Entre las principales consecuencias que tiene sufrir este trastorno están las graves deficiencias alimentarias, el efecto de la intoxicación aumentada, el miedo irracional a la ingesta de enfermedades y el aumento de peso. Además, también destaca todo el que comporta en el ámbito emocional y conductual.
Terapia con un profesional
Detectar este trastorno puede no ser fácil porque quienes lo acostumbra a padecer suelen ser chicas de etapa universitaria o menores de 21 años. En este sentido, sin embargo, los expertos recomiendan terapia con un profesional de la salud.
Imagen principal: varias cervezas juntas listas para ser consumidas / Unsplash