Con la investidura en el saco, la ley de amnistía en trámite en el Congreso de los Diputados y la primera reunión del nuevo Consejo de Ministros en el bolsillo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aparca la agenda estatal habiendo hecho los deberes y empieza este jueves y este viernes una pequeña gira que lo llevará por Israel, Palestina y Egipto, junto al primer ministro belga, Alexander de Croo, que recogerá el testigo de España en la presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea a partir del 1 de enero. Sánchez y de Croo aspiran a apuntalar un frente europeo de unidad y aportar soluciones para el conflicto bélico al Oriente Medio.

El momento no es trivial, porque el viaje arranca horas después de que Israel y Hamás hayan acordado poner en marcha, desde este jueves, una "pausa humanitaria" de cuatro días en la cual la resistencia islámica liberará a 50 rehenes, mientras que los israelíes soltarán a 150 prisioneros palestinos, mujeres y menores. Es el primer alto al fuego humanitario pactado desde los ataques perpetrados por Hamás el pasado 7 de octubre.

La primera parada de la gira está en Israel, donde los dos jefes de gobierno se reunirán con el presidente israelí, Isaac Herzog, y con el primer ministro de aquel país, Benjamin Netanyahu, al margen de encuentros con representantes de la sociedad civil. La siguiente etapa del viaje será el mismo jueves en Ramala (Cisjordania), donde se verá con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás. La agenda se trasladará el viernes a El Cairo, en Egipto, donde están programadas reuniones con el presidente de Egipto, Abdel Fattah Al Sisi, y el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Aboul Gheit, y la visita se cerrará visitando el paso de Rafah, que hace de frontera entre la Franja de Gaza y Egipto.

A pesar del alto al fuego decretado, Sánchez quiere trasladar a las autoridades palestinas e israelíes la necesidad de la liberación de todos los rehenes en manos de Hamás y la protección de los ciudadanos palestinos bajo las bombas, y el ofrecimiento de ayuda para llegar a una solución definitiva del conflicto que pase por el reconocimiento de los los dos Estados. En este sentido, Sánchez le da mucha importancia este viaje, dado que fuentes del gobierno central remarcan que es el primero que ha incluido en la agenda internacional después de la investidura.

De hecho, el presidente español insistirá en la celebración de una conferencia de paz entre palestinos e israelíes, tal y como propuso al resto de líderes europeos, idea que tiene el apoyo de la comunidad internacional y el aval de más de 80 países. El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, ha vinculado el reconocimiento de Palestina como estado a la celebración de esta cumbre para la paz como las que se hicieron en Madrid y Oslo en los años 90. "Al final todos sabemos cuál es la solución para no ver este nivel de horror cada 'x' años. Todos sabemos cómo se desarrolló la conferencia de paz de Madrid y lo que fueron los acuerdos de paz de Oslo. La fórmula está aquí", ha apuntado.

En las reuniones previstas, el jefe del ejecutivo español reiterará la condena total de España a los atentados de Hamás, pero a la vez reclamará que la respuesta sea proporcionada. Sánchez ya se ha mostrado crítico con la respuesta de Netanyahu, al considerar que es una "duda legítima" plantear si Israel está cumpliendo con el Derecho Internacional a la vista de las imágenes que se están viendo en Gaza.