Unió Democràtica de Catalunya (UDC) está en fase de liquidación desde que ha cesado su actividad. El juzgado mercantil decretó en septiembre del año pasado que la formación tenía una deuda de 22,5 millones de euros, 19 de los cuales les debe a los bancos. La cifra mayor se la lleva CaixaBank, a quien deben 9 millones. El siguiente es a la lista de acreedores del banco Santander, de 4 millones, y después viene el BBVA con más de 3 millones.

Otra parte importante de la deuda (de casi dos millones) es con Fomento de Construcciones y Contratas y una empresa de comunicación. Y también destaca una deuda de 260 mil euros con el Ministerio del Interior por el adelanto de subvenciones electorales.

El año 2013 la deuda ya subía hasta los 17 millones, y fue empeorando a partir del momento que UDC quedó fuera del Parlamento y el Congreso; aquí dejó de recibir subvenciones públicas. La situación se agravó con la caída de donaciones por parte del militantes y las empresas, y el año pasado los ingresos disminuyeron un 80% según un informe elaborado por la consultora Deloitte.