El jefe de la policía judicial de la Guardia Civil en Economia el 20-S dice que Teresa Laplana no quiso alejar a los concentrados, y que Jordi Sànchez era quien hablaba, autorizaba y negaba el dispositivo policial. Así, ha implicado a los dos en el juicio en la Audiencia Nacional al major, Josep Lluís Trapero, y a la intendente Teresa Laplana. Laplana se expone a 4 años de prisión.

El teniente de la Guardia Civil que comandaba la comitiva judicial el 20-S en la Conselleria d'Economia ha asegurado que la intendente de los Mossos, Teresa Laplana, dijo que no haría nada para alejar a los concentrados de delante del edificio porque no veía ningún problema de orden público. Eso lo sorprendió, y pidió, por segunda vez, a sus superiores que reiteraran la petición de apoyo a las unidades de orden público de la policía catalana. Este mando también ha criticado que ni Laplana, ni los jefes de mediación y orden público de los Mossos propusieran una vía para entrar y salir del edificio y que tampoco recriminaban a Jordi Sànchez sus propuestas.

 

 

Los Mossos d'Esquadra que han declarado hoy en el juicio al major Trapero han desdramatizado el 20-S. Sobre todo el sargento encargado de la mediación. "Fue una acción sorpresa, que nadie se esperaba y que nadie sabía cómo acabaría y cuándo", ha explicado el sargento encargado de la medicación el 20-S para argumentar que no se pudo hacer ningún cordón delante del Departament d'Economia. Según el sargento, a las 11 de la mañana hubo "un intento" de la Brimo de hacer el cordón, pero "por el tema de la densidad de la gente se desistió".

Sobre la presencia de Jordi Sànchez, ha explicado: "Contactamos con la ANC cuando se presentaron los responsables a la conselleria". También ha desmentido que dentro de la conselleria tuvieran tanto miedo, y sobre la historia de los bocadillos que la Fiscalía ha querido poner siempre de ejemplo de que era imposible salir del departament, el mosso ha explicado sobre la hipotética salida para ir a buscar la comida que "no lo intentaron", que tampoco "nadie se lo impidió" y que cuando los mossos salieron a comprarlos, "nos dieron dinero y se los llevamos".

Pero los agentes de la Brimo que han comparecido no han ayudado a clarificar casi nada. Al contrario, en algunas ocasiones han dejado entrever que realmente había una masa difícil de controlar y que no tomaron el control de los coches hasta el final. Sólo han corroborado que sí que se activaron las unidades de orden público.

 

 

Mañana declaran el jefe de la Guardia Civil en Catalunya, el teniente coronel Mariano Martínez Luna, y el jefe de la Brimo, Carles Hernández.