Cuando pasaban pocos días del primer mes de Jordi Sànchez en la cárcel de Soto del Real, decidió crearse una nueva cuenta de Twitter bajo el nombre "Jordi en la prisión". "Sin acceso a mi móvil, os pido que sigáis esta nueva cuenta de Twitter", rezaba su primer escrito, en el que pedía que siguieran esta cuenta porque el otro no lo utilizaría.

Sólo han pasado dos meses desde que abrió esta nueva cuenta y el portavoz del grupo parlamentario de JuntsxCat ya ha superado a los 50.000 seguidores. Precisamente por eso, ha querido mostrar su agradecimiento y ha insistido en qué "sabemos dónde vamos".

Sànchez ha utilizado las palabras de Carles Puigdemont para pedir "paciencia, perseverancia, perspectiva" y para recordar que "juntos somos imbatibles".

El último tuit que el expresidente de la ANC había hecho desde su cuenta habitual de Twitter justo antes de entrar a la prisión acusado de delitos de rebelión y sedición mostraba su convencimiento de que aquella noche volvería a dormir en casa porque costaba creer que lo enviaran a prisión preventiva sólo para manifestarse y votar.

El juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena ya ha denegado todas las peticiones de Sànchez para salir de la prisión, incluido la que hizo su abogado para que pudiera asistir al pleno de investidura. El martes le denegó la libertad y decidió mantenerlo en la prisión porque considera que hay riesgo de reiteración delictiva sólo porque no ha renunciado al acta de diputado como sí que hizo, por ejemplo, el conseller Joaquim Forn.

Ahora bien. A Forn también le fue denegada su puesta en libertad y Amnistía Internacional ya avisó de que ve "excesiva y desproporcionada" la prisión de Sànchez porque la resolución del juez "no aporta elementos nuevos que justifiquen la prolongación de la prisión provisional".