El president, Quim Torra, y el jefe del ejecutivo español, Pedro Sánchez, han conseguido con la reunión de hoy en la Moncloa instalar un nuevo clima en las relaciones entre el gobierno de la Generalitat y el del Estado. No obstante, la concreción de esta nueva relación todavía está por ver. Si es que llega.

Torra no ha escondido la satisfacción ante el hecho de que el presidente español ha admitido finalmente la existencia de un problema político en Catalunya, pero no ha podido ir más allá. "Tenemos que ver cómo encontramos una solución que pasa no sólo por admitir que es un problema político sino que se tiene que votar", ha advertido durante la comparecencia que ha protagonizado a primera hora de la tarde en el centro cultural Blanquerna, sede de la delegación de la Generalitat.

Cuando el president ha comparecido en la delegación del Govern, hacía más de dos horas que había acabado la reunión, la Moncloa ya había explicado su versión de la entrevista y la vicepresidenta, Carmen Calvo, había reducido el resultado del encuentro a una activación de las comisiones bilaterales.

El president ha tenido que salir a asegurar que este punto ha ocupado una parte muy pequeña de la conversación, que la conversación se ha articulado esencialmente en torno a las reivindicaciones independentistas, y que la conclusión es que hay un problema político que se tiene que resolver políticamente.

No renuncia a nada

"No renunciaremos a nada, porque no podemos renunciar a nada, porque es un derecho que pertenece al pueblo de Catalunya", ha asegurado Torra, que ha destacado que el Govern no descartará ningún camino para llegar a la independencia y que cualquier solución política pasa por un referéndum de autodeterminación. Sin embargo, y a pesar de la insistencia de las preguntas, no ha podido concretar de qué manera se tiene que solucionar este debate ni si ha obtenido algún compromiso por parte de Sánchez en este sentido. "Las posiciones están muy alejadas", ha admitido tan pronto como ha tomado la palabra.

La única novedad, eso sí, ha sido la confirmación de un próximo encuentro, que ya anunció la semana pasada al Parlament, que se tendría que celebrar un plazo de dos meses pero que tampoco tiene fecha fijada. Y el nuevo clima. A partir de ahora la relación entre los dos gobiernos se tiene que vehicular a través de las respectivas comisiones, pero también en una relación entre los dos presidentes que hoy habría quedado abierta, según ha asegurado.

El president ha admitido que Sánchez le ha hablado de la plurinacionalidad de España, que ha descrito como "nación de naciones" pero no le ha avanzado ninguna propuesta sobre la solución a la exigencia del derecho a la autodeterminación, por lo cual se ha mostrado confiando que "de aquí a dos meses" la predisposición a resolver políticamente este debate se concrete en una respuesta concreta. De hecho, tampoco Torra ha puesto encima de la mesa la convocatoria del referéndum, según él mismo ha admitido.

"Tenemos que ser capaces de aplicar toda la inteligencia política. El Govern de Catalunya tiene una misión que pasa de la restitución a la Constitución catalana. Por lo tanto, nosotros iremos tirando con nuestro camino, si fuera el caso", ha advertido.

Cambios en la judicialización

Con todo, donde sí ha apuntado cambios es en relación a la judicialización de la política. "He visto a un presidente preocupado por este asunto, que tomaba notas, que cree que esta situación no se puede asumir, espero que haya cambios y cambios inmediatos", ha asegurado Torra, que ha exigido que "tiene que acabar la persecución de las personas por sus ideas, defiendan lo que defiendan" y que la lamentado comenzar la reunión protestando por el recurso contra la moción sobre el 9-N aprobada el jueves en el Parlament.

Torra ha denunciado ante Sánchez que sí que hay presos políticos en Catalunya, y que es una "indecencia política" que por abrir escuelas o permitir un debate haya presos y ha subrayado la diferencia de situación jurídica que viven en relación a los exiliados. "Fuera de España tengo oportunidad de abrazarme con libertad con compañeros que por los mismos motivos en España están en la prisión", ha reprochado, además de asegurar que no han negociado nada en relación a los presos.

Lo que también han hablado los dos presidente ―aunque Torra ha insistido en que su voluntad era "mirar adelante"― es del apoyo del PSOE al 155, en relación al cual Sánchez "habría llegado a argumentar que no fue una posición fácil".

Los dos presidentes han hablado igualmente de la derogación de la ley mordaza; "no han entrado en detalle" sobre la propuesta del PSOE de reforma de la Constitución; y han abordado la conveniencia de erradicar el franquismo de la vida política española.

Torra ha empezado su comparecencia recordando que quien tendría que estar en la rueda de prensa es el president Carles Puigdemont, pero ha admitido que todavía no había hablado con él sobre el contenido del encuentro con Sánchez.

Ha asegurado que la reunión en la Moncloa ha sido "larga y sincera y franca", "una reunión de trabajo". "Hemos hablado de todo y eso para nosotros ha sido importantísimo. Hacía meses, o años, que en las reuniones entre los presidentes no se entraba a hablar de todo", ha asegurado.