Telefónica puso al servicio de Juan Carlos I sus recursos corporativos para que el emérito pudiera viajar por el mundo, en el ámbito personal, después de abdicar como rey de España. Así lo revela la documentación que tiene la Fiscalía Anticorrupción y el Ministerio de Hacienda, después de que la Agencia Tributaria le reclamara información sobre los regalos recibidos por grandes empresas después de dejar la jefatura del Estado por su presunta corrupción. Según ha adelantado este miércoles El Confidencial, el rey emérito utilizó alguno de los cuatro aviones privados que Telefónica tenía hasta el año 2019 para viajar fuera de España, este préstamo respondería a su buena relación con César Alierta, presidente de la compañía desde el verano del 2000 hasta abril de 2006. El citado diario relata que Alierta y Juan Carlos se reunían en las instalaciones de la compañía para hablar sobre temas privados del monarca, incluso, de temas delicados como sus inversiones. Alierta no ha sido el único que ha hecho este tipo de favores al emérito, sino también Luis Cebrián, expresidente del grupo Plisa, que también le dejó sus aviones en varias ocasiones, según han informado gente de que pertenece al mismo grupo.

Atenciones protocolarias

La Fiscalía Anticorrupción y la Agencia Tributaria ya tienen a su disposición los datos, de lo que Juan Carlos I define como "atenciones protocolarias abonadas por terceros", en el marco de la investigación para descifrar si el uso de aviones corporativos y la presencia recurrente en monterías se tendrían que haber declarado. Esta investigación se une a la regulación fiscal que el emérito hizo en enero de 2021 de manera "voluntaria y espontánea" con el fin de evitar que la Fiscalía del Tribunal Supremo la imputara por haber recibido donaciones millonarias desde sociedades en el extranjero.

Telefónica se sacude las culpas asegurando que no dispone de los registros de las personas que utilizan las aeronaves de la compañía. Según argumenta la empresa, de acuerdo con la Ley 3/2018 sobre protección de datos, la obliga a destruir esta información confidencial tres meses después de cada vuelo. En cambio, fuentes próximas al grupo participado por BBVA y La Caixa, sí que reconocen la cesión de las aeronaves, y además, afirman que en aquel momento el emérito pidió a Alierta un favor todavía más personal: que colocara al que entonces era su yerno, Iñaki Urdangarin, en Telefónica Internacional con un sueldo de cerca de los dos millones de euros al año. Eso no es todo, también aseguran que el rey no fue el único que se benefició del servicio de los aviones, sino también lo hizo algún exministro del Partido Popular, próximo a Alierta, así como dirigentes del PSOE, como Susana Díaz.

Usos estrictamente profesionales

La compañía se defiende de estas acusaciones de trato de favor con Juan Carlos I, y argumentan que la "la Comisión de Auditoría aprobó un reglamento muy estricto según el cual los aviones de la compañía solo pueden ser utilizados por motivos estrictamente profesionales". La decisión fue aceptada por el consejo de administración, lo cual demuestra la relevancia que se le dio internamente a una norma que sería de sentido común. A pesar de eso, las fuentes oficiales de la compañía no han querido especificar en qué momento entró en vigor la medida, si se produjo antes o después de la dimisión de Alierta o ya coincidió con la entrada de Pallete como presidente la primavera del 2016. Según cita El Confidencial, otras fuentes próximas a la multinacional apuntan que la norma interna fue aprobada por Pallete para evitar precisamente estas prácticas.